El Garbanzo de Fuentesaúco está imparable y así lo reflejan los últimos datos tanto de siembra como de comercialización. Esta legumbre, que se distingue por llevar el sello de la Indicación Geográfica Protegica (IPG), ha crecido tanto en hectáreas dedicadas a este cultivo como en ventas.

En los dos últimos años, prácticamente se han duplicado las cifras de comercialización bajo el marchamo de la IGP, mientras que las hectáreas sembradas han pasado de las 400 que había de media en anteriores campañas a 600 en la temporada de 2018 y casi 800 en la última campaña.

Fueron 60 explotaciones agrícolas las que sembraron este cultivo el año pasado y 22 términos municipales de las comarcas zamoranas de Tierra del Vino y La Guareña forman parte de la Indicación Geográfica Protegida.

La tendencia creciente que experimenta el Garbanzo de Fuentesaúco ha venido de la mano, entre otros factores, del incremento de empresas envasadoras inscritas en la figura de calidad.

Así se considera desde el Consejo Regulador de la IGP, que cree que la adhesión de estas industrias es un motor muy importante para el impulso de un producto que es único en toda España tanto en su sabor como en sus características.

Aunque la última cosecha no fue muy abundante porque estuvo marcada por una primavera extremadamente seca, la Indicación Geográfica Protegida contaba con existencias del año anterior y está completando la campaña de comercialización con cifras muy positivas y capaces de superar a las anteriores.

Este garbanzo, que se caracteriza por tener un tamaño de medio a grande, con un color cremoso, un pico curvo y pronunciado y una piel de una rugosidad intermedia, tiene cada vez más presencia y protagonismo fuera de la provincia. No en vano, este producto tuvo mucha fama y notoriedad hace cinco siglos y cada vez es más accesible y asequible para los consumidores, que lo pueden encontrar tanto en establecimientos de alimentación como en restaurantes de reconocido prestigio.

Una vez cocido, es cuando puede disfrutarse de todas las cualidades y virtudes del Garbanto de Fuentesaúco, que tiene una piel muy fina, que prácticamente no se nota en el paladar; así como una mantecosidad y cremosidad prácticamente inigualables y un retrogusto especial.

Estas características hacen que el sabor que proporciona sea muy agradable en el paladar, una sensación de la que se puede disfrutar en gran variedad de recetas, bien en platos tradicionales como el cocido o el potaje, o en elaboraciones más innovadoras y modernas como ensaladas o cremas.

Esta legumbre se identifica muy fácilmente porque solo se comercializa envasada y con la contraetiqueta numerada del Consejo Regulador. Esta es la única garantía de que el consumidor está comprando el auténtico producto de Fuentesaúco, que nunca se comercializa a granel. Por lo tanto, ningún garbanzo que se venda a granel será de la IGP Garbanzo de Fuentesaúco, que se vende en envases de entre medio kilo y 5 kilos, aunque el formato más habitual es el de un kilo.

Uno de los aspectos en los que trabaja el Consejo Regulador es la mejora del cultivo para conseguir que la variedad sea más resistente a algunas enfermedades que son comunes en esta leguminosa. Aunque los resultados se obtendrán a medio y largo plazo, desde el Consejo Regulador se considera que el inicio de los trabajos es un paso muy importante y un aliciente de cara al futuro.