"La mente humana es la gran herramienta que tenemos, algo único en el planeta". Así demuestra el catedrático de Genética Francisco Javier Novo su fascinación por la pieza que diferencia al hombre del animal y que trasladó a la sala del paraninfo del Colegio Universitario en las jornadas de Infosalud de la Fundación Científica Caja Rural con su conferencia "Evolución del cerebro y mente humana".

La aparición de esta segunda es imposible sin el cerebro y de su estudio se encarga este experto, analizando cerebros de primates, estudiando las tareas que son capaces de desarrollar. "Todas ellas exigen también tener algún tipo de actividad cerebral y mental, aunque no como la nuestra, ya que tenemos una serie de módulos mentales que, a pesar de estar en otras mentes de animales, en nosotros han encajado de un modo especial", explica.

El estudio de los genomas es la base de su trabajo. "Para que un cerebro se desarrolle en el embrión ya existe un programa genético que hace que se logre. Lo que ha ocurrido durante la evolución es que estos programas han ido cambiando, de manera que los cerebros se han ido haciendo más complejos", resume.

Para Novo la fascinación de los científicos por el cerebro parte de la capacidad que ha dado al ser humano para crear una cultura. "Es un logro bestial de la evolución y desde el punto de vista de la ciencia se intenta dar una respuesta, cada uno en su campo". Por eso, para el catedrático, conocer cómo funcionan la mente y el cerebro es "el gran reto del siglo XXI e incluso del XXII", calcula. "Así también podremos explicar cómo creamos sociedades", añade.

Aunque reconoce que el estudio de los cerebros de los animales es esencial para avanzar en este campo, reconoce que la mente humana es "única" y que cuenta con procesos que no tiene el resto de seres vivos, como la capacidad de aprender o enseñar.

El desarrollo de mente sufrió una gran progresión en la denominada primera infancia de nuestros ancestros. "Se tuvo un gran cuidado con las crías, con un programa de educación y aprendizaje muy intensos que antes no se daban. Eso fue fundamental para el arranque de lo que ahora conocemos como cognición humana", asegura.

Por eso, defiende que esta evolución de la mente y el cerebro no solo se debe a circunstancias meramente genéticas, sino que tanto los aspectos ambientales o ecológicos juegan un papel esencial. "Los cambios producidos al inicio de los homo son los que han desencadenado todo esto, aunque todavía queda mucho por demostrar", reconoce.

Lo que ya no es una conjetura es la idea extendida en el pasado de que el ser humano tan solo utiliza el 10% de su capacidad cerebral. "Parece que los neurólogos han desmentido esa afirmación, aunque sí está demostrada la plasticidad del cerebro y su capacidad de reconexión cuando sufre algún accidente".

Además, también se ha demostrado que, aunque el cerebro de los antepasados que salieron de África tiene el mismo tamaño que el actual, este ha evolucionado gracias a la tradición, la instrucción y la enseñanza. "No tenemos el cerebro más grande, pero sin innovaciones biológicas, hemos sumado creatividad o capacidad de abstracción", pone como ejemplo de este progreso.