Cáritas Diocesana de Zamora ha decidido poner tarifas al servicio de comidas del comedor social del centro de acogida Madre Bonifacia, de la calle de la Reina, que tienen dos tramos: uno de 30 euros al mes para los que vengan sólo al almuerzo y 70 euros para los del menú completo (desayuno, comida y cena). Eso sí, sólo pagan las personas que se considera que tienen capacidad económicamente suficiente para afrontar el coste, y de hecho el delegado director de Cáritas Diocesana de Zamora, Antonio Jesús Martín de Lera asegura que "nadie se queda sin comer por falta de recursos".

Martín de Lera explica que el cambio de política al respecto del cobro por el uso del comedor social se implantó a primeros de año. "No todo el mundo tiene que pagar. Lo que hemos implantado es una medida educativa, para que las personas con recursos, como la gente que cobra la renta garantizada de ciudadanía, renta de inserción o tenga ingresos de ese tipo aporten algo, una cantidad, por el servicio que reciben". Considera que 30 euros al mes por comer (un euro al día) o bien 70 por las tres comidas del día (menos de dos euros y medio al día) es "una cantidad simbólica", aunque reconoce que supone un esfuerzo para personas que pueden cobrar por ejemplo los 420 euros mensuales. "No es una medida generalizada, sino que se hace un estudio de cada caso. Lo que está claro que si no pagas no valoras tanto el servicio que recibes. Y es de justicia social que si tu puedes contribuir, aunque sea un poco, lo hagas. Porque quien no pueda pagar nada van a tener cubiertos los servicios".

Ante las críticas de algunos usuarios, el delegado de Cáritas admite que hay empresas que regalan comida gratis para el funcionamiento del comedor, así como subvenciones, pero esas donaciones no llegan a cubrir ni de lejos el coste total del servicio, que Martín de Lera cifra en unos 600.000 euros al año. "Tenga en cuenta que funciona 365 días al año las 24 horas del día. Y que aquí no solo se da de comer, hay un seguimiento de las personas en un proceso de inserción social. El centro tiene gasto el productos alimenticios, pero también tiene otros costes, del edificio, personal y monitores. De hecho los gastos que no se cubren los aporta Cáritas", concluye Martín de Lera.