Caja Rural de Zamora ganó el año pasado 25,1 millones de euros, lo que supone un incremento del 25,2% con respecto al ejercicio precedente. Es el principal dato del balance de la entidad que ayer expusieron su presidente, Nicanor Santos Rafael y su director general, Cipriano García Rodríguez, pero sólo uno de los números de unos resultados que lograron varias cifras récord en la vida de la única entidad financiera zamorana.

Las bases de la estrategia de la Caja Rural que tan buenos resultados han deparado se basan en el saneamiento de los activos improductivos, el aumento de los recursos propios, la expansión a provincias limítrofes, fundamentalmente León y Valladolid y la apuesta del modelo de negocio basado en el desarrollo y apoyo al tejido productivo y el entorno social de los territorios donde opera.

Fue Cipriano García el encargado de desgranar las cifras que hablan de la buena salud de la entidad. El volumen de negocio total fue de 3.690 millones de euros, un 9,8% superior al del año anterior y que consolida una tendencia al alza iniciada desde el año 2015. Caja Rural ha aumentado significativamente la concesión de nueva financiación a empresas y particulares en el último año, un 7,5% más hasta alcanzar los 645 millones de euros.

Un dato de récord absoluto está en la concesión de hipotecas, que "confirman nuestra apuesta por Zamora", ya que el 69,6% de las operaciones crediticias de naturaleza hipotecaria suscritas en la provincia se hicieron con Caja Rural, "un registro máximo histórico que confirma nuestra posición hegemónica en la provincia, como primera entidad financiera e indudable motor financiero". Y mientras el conjunto de entidades financieras disminuía la inversión en la provincia (menos 2,2%), en Zamora crecía.

Otros datos positivos del balance es el de los recursos gestionados, que experimentaron un crecimiento del 7,7%. Los recursos propios de la entidad alcanzan los 231 millones de euros, lo que supone un incremento del 15,5% respecto al 31 de diciembre de 2018 "dato que consolida nuestra posición financiera y patrimonial y que nos permite afrontar, con mayor confianza, nuevos proyectos para próximos ejercicios".

El director general desgranó también otros ratios que miden la buena salud de una entidad financiera. Uno de ellos es la tasa de morosidad "aspecto crítico para las entidades financieras" que se queda en el 3%, muy inferior al del resto del sistema bancario y casi la mitad del que tenía Caja Rural el pasado año.

El segundo es la ratio de solvencia, que está en el 16,8%, con una mejora de 0,6 puntos y unos niveles que se sitúan en un rango muy superior al del mínimo exigido por el Banco de España. Es el índice que relaciona los recursos propios de la entidad con relación a su pasivo e indica la fortaleza de la entidad, muy alta en el caso de Caja Rural. Y un tercer factor es el ratio de eficiencia, del 44,1%, "uno de los mejores del sistema financiero español". Es decir, que para generar un euro de beneficio la Caja necesita invertir 0,44 céntimos. Este parámetro mide, como su nombre indica, la eficiencia de la entidad, es decir, el rendimiento que saca a los recursos materiales y humanos con los que cuenta para hacer su negocio.

Un 78% de los recursos captados se destinan "al desarrollo económico de nuestra tierra", señalaron los máximos responsables de la entidad.