Imagínense huyendo de un siniestro en un rascacielos, tomar la escalera de incendios, llegar sanos y salvos hasta la altura de la calle, pero no poder salir porque un candado cierra la puerta de acceso. Pues eso les pasó ayer a los empleados públicos de la Junta de Castilla y León que trabajan en el edificio de Usos Múltiples de la calle Prado Tuerto, uno de los inmuebles de más altura de la ciudad, conocido también como "los Ministerios" porque antes de la existencia de autonomías albergaban las distintas delegaciones ministeriales del Gobierno central en la provincia.

Por suerte, se trataba de un simulacro, una prueba en la que participan fundamentalmente los Bomberos y la Policía Municipal y que tenía como objetivo precisamente detectar los posibles fallos que pueda haber en los sistemas de evacuación de los edificios públicos. Este sería precisamente, sin duda, uno de los inmuebles más difíciles de evacuar, ya que tiene nada menos que 14 plantas en las que cada día trabajan cientos de funcionarios y a las que acuden otros tantos ciudadanos para realizar sus gestiones ante los órganos administrativos de la Junta de Castilla y León que allí tienen su sede.

Según relataron algunos de los funcionarios que vivieron en directo el simulacro, la operación distó mucho de ser modélica y puso de manifiesto numerosos aspectos que habría que resolver. Especialmente preciso fue uno de los empleados públicos que se puso en contacto con este diario. "Les escribo para reportar que en pleno simulacro de evacuación del edificio de usos múltiples de Zamora (nuevos ministerios): La gente se atascaba en pasillos, la escalera de emergencia tiene un ancho insuficiente y quedaría trabada si alguien tropieza, al final de dicha escalera la puerta estaba candada y el tropel tuvo que recular a la planta segunda para descender por el interior del edificio". Otros funcionarios añadían nuevos inconvenientes. Los de una planta, por ejemplo, no se enteraron de que había que abandonar el edificio, por lo que se quedaron trabajando mientras el resto escapaba con urgencia. Se percataron de que algo raro ocurría cuando oyeron las sirenas de los Bomberos. Cuando bajaron las escaleras estaba ya todo el mundo en la calle.

Otra de las apreciaciones de los funcionarios era la de que "los Bomberos no tienen escaleras de alcance suficiente" y se limitaron a aparcar los vehículos "en la esquina en lugar de posición próxima y no inician el despliegue que pudiera ser necesario".

A buen seguro que los responsables del simulacro habrán tomado nota de todo lo que se pueda mejorar y realizarán el correspondiente informe con las medidas que sea preciso adoptar y que sea posible hacer, claro. Porque por ejemplo será difícil hacer que las escaleras de los bomberos alcancen un piso 14, pero sí se podría colocar un mecanismo más seguro que el candado al final de la vía de escape de emergencia.