Carlos Taibo desarrolla en "Colapso" la hipótesis de que el capitalismo puede estar llegando a su fin. Profesor de Ciencia Política y de la Administración en la Universidad Autónoma de Madrid, Taibo visitó ayer la capital de la mano de Ecologistas en Acción para desarrollar las ideas plasmadas en este libro que ya va por su cuarta edición. Ante un futuro incierto, el profesor desgrana dos posibles salidas como son la transición ecosocial y el ecofascismo. Aunque, aclara, hay más. El escenario, sin embargo, podría ser solo uno: el colapso del sistema capitalista tal y como actualmente se conoce.

-¿Del capitalismo también se sale?

-Es más fácil que podamos salir después del colapso, que antes. El colapso generaría un escenario complejo en el que los poderes tradicionales, que dependen mucho de las tecnologías y las energías que vienen de lejos, van a perder gran parte de su fuelle. Intuyo que ahí habrá una ventana de oportunidad. Pero, claro, una ventana de oportunidad en un escenario más bien tétrico de hundimiento de todas las relaciones y de problemas generalizados.

-¿Por qué ahora ese colapso?

-Ahora existen dos factores muy singulares que no han operado en ningún momento en el pasado. Uno es el cambio climático y el otro es el agotamiento de todas las materias primas energéticas que estamos empleando. A ello se suma un escenario general de crisis del capitalismo y, probablemente, de la civilización humana en todos los ámbitos: el demográfico, el social, el financiero, el de los cuidados... Esto genera un escenario inédito. Aunque, debo aclarar que no estoy afirmando sin margen para la duda que ese colapso se va a producir. Me limito a explicar que ese colapso me parece probable; o, si tengo que cargar las tintas, muy probable.

-Ante ese colapso plantea diferentes escenarios de futuro y uno de ellos es el ecofascismo. ¿En qué consiste?

-El ecofascismo no es sino una forma más de colapso. Ese proyecto dice que hay que reducir la población plantearía porque la tierra no da para más y que hay que hacerlo de manera violenta; luego, es una forma de colapso.

-Otra de las teorías desarrolladas por usted se basa en una transición ecosocial.

-Esta propuesta la resumo en seis verbos: decrecer, desurbanizar, destecnologizar, despatriarcalizar, descolonizar y descomplejizar nuestras sociedades. Si tengo que decirlo de otra manera, se trata del viejo proyecto libertario del siglo XIX de reconstrucción de las sociedades desde abajo, desde la autogestión y desde la democracia directa. Intuyo que es un proyecto que renacerá con alguna fuerza, pero no estoy en condiciones de afirmar que se va a imponer.

-A día de hoy, sin embargo, parece imposible plantear y que consiga funcionar un sistema así en el mundo tal y como se conoce.

-No es planteable, al menos, en las sociedades ricas del norte, porque lo que llevamos en la cabeza nos predispone a eso: la lógica de la competitividad, de la productividad y del consumo. Pero las circunstancias son distintas en muchas áreas geográficas del sur del planeta, donde las gentes están bastante menos corroídas por la lógica mercantil del capitalismo. Tengo la sospecha de que, en las zonas que tradicionalmente se describen como deprimidas, la pervivencia de valores precapitalistas es más sólida que en los medios urbanos. Por eso, intuyo que la disposición a aceptar reglas del juego como las que reivindican estos movimientos es mayor en estas zonas.