El control intensivo de la glucemia en pacientes de 75 años produce un mayor daño que beneficio, porque se incrementa el número de efectos adversos y el riesgo de hipoglucemia. Este es el resultado del trabajo titulado "Control glucémico en pacientes diabéticos tipo 2 de edad avanzada. Intervención para evitar riesgos", un estudio zamorano realizado por un equipo conformado por seis sanitarios: Alfonso Díaz Madero y María Jesús Hernández Arroyo -del Servio de Farmacia de Atención Primaria-, Emiliano Enríquez Gutiérrez y Eva Sánchez Martín -del centro de salud Parada del Molino- y Carmen Hernández Nieto y Mercedes Rodríguez Benito -del centro de salud Virgen de la Concha-.

Este trabajo les ha supuesto el Premio del Consejo de Colegios Profesionales de Farmacéuticos de Castilla y León, que se entregó la semana pasada en un acto celebrado en el aula Salinas del Edificio Histórico de la Universidad de Salamanca.

El estudio se realizó con 215 pacientes de los centros de salud Parada del Molino y Virgen de la Concha, donde el 54,4% eran mujeres con una edad media de 82 años, un 77,2% con complicaciones macro o micro vasculares y un 7,4% con demencia. En el 67,9% de los casos se detectó una inadecuación por control glucémico demasiado intensivo, mientras que más del 81% de los pacientes estaba en tratamiento con fármacos con riesgo de producir hipoglucemias.

Tras la intervención, se disminuyó la intensidad del tratamiento hipoglucemiante en un 36,2% de los pacientes y se adecuó la posología en el 23,1% de los fármacos que precisaban ajuste. El porcentaje de sobretratamiento se redujo al 40%. Con estos resultados, se comprobó que más de la mitad de los pacientes mayores con esta diabetes tenía un control glucémico "demasiado estricto".

La puesta en marcha de un programa de formación e intervención, impartido en los centros de salud con recomendaciones para el control de estos pacientes, se encaminó a mejorar la seguridad de los tratamientos hipoglucemiantes en este grupo poblacional y permitió realizar un análisis individualizado del riesgo de la terapia intensiva en cada paciente para mejorar su adecuación.

Aunque no existe un acuerdo entre las guías de práctica clínica en cuanto a los objetivos glucémicos en los pacientes ancianos, "todas coinciden en que estos dependerán de su situación funcional y cognitiva, de las enfermedades coexistentes y de su expectativa de vida, por lo que resulta imprescindible individualizar los tratamientos".