Extracto del discurso pronunciado por la vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico.

Para mí, este es un día muy especial porque, en cierta medida, representa mi estreno en una nueva responsabilidad pública, me resulta particularmente emocionante. Este es un Gobierno cuyo presidente ha querido destacar desde el primer día su compromiso con recuperar muchos de los equilibrios que, a lo largo del tiempo, hemos ido perdiendo por razones muy distintas como una economía que, a veces no entendía el sentido de cuidar el entorno y los recursos. Necesitamos un reequilibrio con respecto a las diferencias, a las dificultades, unas desigualdades sociales que merecen políticas adecuadas, mirada, recuperación, si queremos que España progrese adecuadamente. Un reequilibrio con el territorio que es fundamental frente a un modelo en el que también destaca ese pánico, ese vértigo que nos produce ver cómo, a lo largo de décadas, se ha acumulado en una espiral absolutamente trepidante la concentración de la población en el litoral y en el centro. Estamos dejando un gran espacio en el interior en el que uno se siente solo. Ese puente hay que reconstruirlo.

El reto demográfico nos obliga a pensar en términos de equilibrio. No podemos convertirnos en una España geriátrica, por un lado, y otra España trepidante, llena de oportunidades para los jóvenes, por otro. Se trata de que el dinamismo ayude, motive y facilite todos esos servicios y, además, una vida mucho más completa, más estimulante, más sana, para nuestros mayores.

Tiene todo el sentido que el presidente (Pedro Sánchez) otorgue un Ministerio, sino que decide atribuir una capacidad de coordinación, de movilización, con una vicepresidencia. Se trata de una prioridad política y una invitación a una gran respuesta colegiada por parte del conjunto del Gobierno tomándose la despoblación como algo serio y transversal, que no se resume en un único tipo de política. En el Ministerio cuento con unas cuantas “palancas”, con un magnífico equipo: una secretaria general recién nombrada y expertos al frente de una labor intensa de entendimiento, diagnóstico y aproximación dentro de la estrategia frente al reto demográfico que nos ayudará a establecer las bases de lo que queremos hacer a partir de ahora.

Igualmente importante es la biodiversidad. ¿Qué se puede decir de una provincia que conozco y disfruto en mi calidad de ciudadana de a pie cuando tienes delante Puebla de Sanabria o los Arribes o una ciudad como Zamora, tan espectacular, llena de cultura, de arte, de Historia? Maravillosa, en lo que produce, en lo que aporta a cada visitante o residente.

La nueva presidenta de la Comisión Europea también ha recogido esa necesidad de buscar el reequilibrio dentro del territorio de la UE y lo califica como “una perturbadora turbulencia” a la que la sociedad europea debe hacer frente las próximas décadas a un problema que no se va a resolver de un día para otro, pero que resulta fundamental si queremos afrontar con éxito los grandes desafíos sociales, ambientales o económicos que tenemos por delante. Son realidades que nos ayudan a pensar de una manera conjunta cuáles son las respuestas y estrategias que nos permitan tener éxito. La intensidad de los cambios nos obliga a ser mucho más inteligentes, a entender dónde está la calidad de vida y cómo se puede asegurar que dicha calidad de vida se vea reforzada por servicios y oportunidades que nos ofrezcan igualdad, para quedarnos a vivir donde queramos.

Es cierto que Zamora es particularmente emblemática. Por eso me ha causado especial emoción estrenarme aquí: es la provincia de España que está perdiendo población de manera más intensa en la última década, con una dinámica compleja que asocia envejecimiento con una caída de la natalidad muy importante, de tal manera que el diferencial entre nacimientos y defunciones es, quizá, el mayor de toda la península. Es una provincia en la que aún está presente la dinámica hacia afuera, la emigración que afecta a jóvenes y mujeres y, por tanto, minando la base de una pirámide fundamental para conquistar el futuro, que es de lo que se trata. En Zamora, la despoblación y el envejecimiento aparecen entre las mayores preocupaciones de sus ciudadanos, también de sus representantes institucionales, y, por tanto, las respuestas deben ser también compartidas entre instituciones y sociedad civil. Es un territorio con potencialidades extraordinarias, vinculadas a sus recursos naturales, al patrimonio, a la historia y al arte. Una provincia que cuenta con el Duero, sus aprovechamientos clásicos y otros más recientes, además de la industria agroalimentaria o vinos. Con algunos núcleos logísticos que quizá debamos aprovechar mejor o algunas conexiones que debemos recuperar después de años en los que la crisis dificultó activarlas por completo.

Afrontar el reto demográfico en Zamora supone fortalecer la igualdad de oportunidades, el libre derecho de todos los ciudadanos con un compromiso de todas las administraciones públicas. También con una mirada sobre esos recursos endógenos y sobre cómo el actor público se convierta en catalizador o socio de los actores privados, empresarios y vecinos. ¿Qué cambios son necesarios para generar estas oportunidades? De entrada, todos pensamos en servicios básicos en condiciones de equidad que tienen que ver con prestaciones sanitarias o educativas. Que tienen que ver con la capacidad de conexión, de movilidad de personas y productos.

Es necesario mejorar las condiciones en que estos servicios se ofrecen: pensar que hay particularidades que precisan más atención:Hablamos de territorios que pueden ser especialmente vulnerables por la distancia a la que se encuentran de la prestación de servicios, lo que puede generar dudas sobre si se mantendrán o no. Aportar certidumbre en esos servicios básicos y que se encuentren cerca de casa o a distancia de proximidad razonable contribuye a desterrar la desconfianza sobre sus prestaciones.

La estrategia frente al reto demográfico en el que todo un equipo lleva trabajando año y medio recoge entre los principios fundamentales la apropiación de nuestro futuro. No vale la pasividad ni el individualismo. Toca asumir y ejercer las competencias otorgadas a cada administración dentro de nuestro modelo descentralizado, sumando, porque cuando las Administraciones actúan unidas, el resultado supera al de las actuaciones individuales de cada una, siempre desde la lealtad institucional y avanzando en la colaboración. Sabemos que, en las zonas más afectadas por la despoblación, la sociedad es particularmente sensible. Debemos recuperar su confianza. Los movimientos sociales reivindican que no por ser pocos se deben tener menos derechos y para nosotros esto es clave. Queda reflejado así en el objetivo general de la estrategia. La capacidad de generar alianzas público-privadas es determinante. De otra forma sería enormemente difícil tener éxito; nuevas formas de pensar para subrayar el “Yo me quedo”. No se trata de una política sectorial que se resuelva desde una única perspectiva, no hay recetas mágicas, no sobra ningún sector. Esa es una de las más grandes misiones que, como vicepresidenta, me tocará activar.

Tenemos el compromiso de banda ancha y cobertura, al menos 4G, para todo el territorio español. Quizá es un proceso más lento de lo que querríamos, a pesar de que, en comparativa con otros países de nuestro entorno no estamos tan mal. Nuestro compromiso es facilitar a más de 13.600 núcleos de población ese acceso e incrementar el número en el que se ha actuado con anterioridad entre 2013 y 2017. Esto es importante, pero no único. La reubicación de instalaciones de referencia del Estado o de otras administraciones repartidas por el territorio importa y ayuda. Y esta es una de las grandes apuestas hechas y comprometidas en esta provincia a través de la recuperación del cuartel de Monte la Reina permitiendo la dinamización no solamente con el traslado de los militares y sus familias, como un polo que atraerá dinamización y nuevo ingenio.

El acercamiento de los jóvenes a lo rural resulta fundamental, una capacidad de movilización de jóvenes en Formación Profesional y Universidades para que tengan en dicho entorno sus primeras experiencias de emprendimiento. O un enfoque, a través de las comarcas o pequeñas agrupaciones de municipios, que pueda activar oportunidades.

Igualmente importante es la característica fronteriza en provincias como Zamora, lo que permitió que en la última cumbre hispano lusa celebrada en Valladolid se acordara la elaboración de una estrategia común de desarrollo fronterizo que estamos ultimando. Son algunas de las medidas, no las únicas, pero lo imprescindible es construir en cada espacio con acompañamiento de todos para impulsar la fijación de población que quiera quedarse o que quiera volver. Cambiar el paradigma supone cambiar la visión, las emociones, los valores y las prioridades. Y esa primera parte España la ha hecho. Solo hay que pensar en la inmensa manifestación de marzo de 2019 en Madrid en la que no solamente estaba lo que hemos llamado la España vaciada, sino la llena, la concentrada, que entendía que había que acercarse con respeto, de igual a igual a todos los ciudadanos de España. Quede claro nuestro compromiso de acompañaros.