La plaza de Castilla y León era una vorágine de jóvenes y no tan jóvenes que aguardaban su turno alrededor de la caseta municipal para adquirir un bocadillo y agua con motivo del Día del Ayuno Voluntario que un año más promovió ayer Manos Unidas. La tradicional Operación Bocata congregó a decenas de personas que quisieron poner su granito de arena para ayudar a los más necesitados de otras latitudes.

En esta edición, la ong ha repartido unos 3.5000 bocadillos acompañados de botellas de agua gracias a la colaboración de más de 50 personas, entre sus socios y de muchos amigos que arrimaron el hombro a lo largo de toda la mañana en la cocina del Seminario para que todos los bocadillos estuvieran a tiempo. "Han sido muchas las ayudas que hemos tenido desde personas anónimas que nos facilitado tortillas hasta muchos comercios pequeños, desde queserías, salchicherías o carnicerías que nos han regalado sus productos, también nos ayudan muchas fruterías y decenas y decenas de panaderías" agradecen desde Manos Unidas.

Una intensa red ha hecho posible que los bocatas llegaran a muchos colegios que los habían solicitado previamente. En una serie de vehículos distribuyeron el almuerzo a los centros de Gema, de Morales, de Fuentesaúco, de Bermillo o ya en la capital, al Gonzalo de Berceo, la Santísima Trinidad, Obispo Nieto, al IES Claudio Rodríguez o la Escuela de Arte y Superior de Diseño, entre otros muchos. "Es habitual que nos los pidan y es una cifra que se mantiene de año en año" comentaron desde Manos Unidas mientras que se preparaban para bailar integrantes del grupo Coros y Danzas Doña Urraca en tanto que el manifiesto lo leyó el docente del colegio San José, Enrique Márquez Esteban.

La misionera de la Asunción, Carmen Morales Valverde, que ha estado en Costa de Marfil, Burkina Faso, Togo y 33 años en Camerún, ha dado testimonio de su experiencia en África con Manos Unidas a jóvenes durante los últimos días. "Les he explicado que en España vivimos muy bien, somos unos privilegiados, aunque siempre nos quejamos. Allí no viven tan bien, pero se ayudan mucho y son felices". La religiosa, sorprendida ante la respuesta a la convocatoria de la ong, sentenciaba que "se ha creado un movimiento de jóvenes y mayores lo cual es esperanzador. Siento que existe un compromiso y que la gente cada vez es más solidaria".