Se inició la andanza, como se había previsto, en torno a la buena mesa zamorana de arraigado protagonismo temporero: Sanantonada de nuestra tierra, bien acompañada por los encurtidos imprescindibles de la huerta zamorana en forma de guindillas, cebollas y pepinos. Tarta toresana de las monjas y pastas sayaguesas. Para la cena quedarían otras exquisiteces de nuestra generosa tierra de Zamora.

Entre comida y actuación flamenca, socios, familiares, amigos e invitadas -entre otras tres jugadoras del Zamarat- se compartieron canciones flamencas a coro.

Llegó la tercera parte con dos artistas profesionales de auténtico postín. La flor y nata de Extremadura, nuestra región hermana. José Joaquín Moreno El Cano, al cante, y Juan Manuel Moreno, al toque, cuajan una actuación del más alto interés.

Abren por mineras. La primera abiertamente del mítico Pencho Cros y la segunda también, pero en la puesta Antonio par su hija Encarnación Fernández. Continúan por Alegrías para llegar a las antológicas soleares: Agustín Talega, Joaquín el de La Paula, El Mellizo (En versión de su hijo Enrique El Morcilla), de nuevo Joaquín, El Ollero (Siguiendo a Joaniquí), Juan Talega y finalmente Joaquín. Cierran esta interesantísima primera parte por jaleos extremeños con amplio y sabroso recorrido. Descanso.

Reinician por caña, muy ajustad a la senda de Enrique Morente cuando a su vez, este, recordaba a Antonio Chacón. Continúan por tangos extremeños, demostrando, una vez más Juan Manuel Moreno, que no sólo es el mejor acompañante de cante en Extremadura, también lo es de los mejores de España en la Edad de Oro de la bajañí.

Con la espectacular tanda de seguiriyas se acordaron expresamente de Manuel Torre, El Loco Mateo y El Mellizo. Simplemente grandiosas.

Amagan de cierre por bulerías con una generosa riestra magníficamente adornada, en su recorrido final, con las personales de Manolito María. Que yo recuerde, nunca, en la actual sede de "Amigos del Cante", se cataron bulerías tan personales y dificultosas, con tanto sabor a las propias del alcalaíno. Una delectación par los sentidos. Aplausos con aforo puesto en pié y disposición para prorrogar la definitiva despedida. Fandangos: Juan El de La Vara, Bizco Amate, Pepe Pinto y Curilla de Alcalá en versión del Platero.

Conclusión de la jornada con las tertulias de rigor en torno a más viandas zamoranas y propósitos preñados de futuro, también aderezados con empanada de Aliste, embutido de Sanabria, hornazo de Sayago, vino de Tierra del Vino, chupitos de Tierra del Pan y dulces de Tierra de Campos.

En definitiva, una jornada más para el valioso disfrute en el presente y emotiva añoranza en el futuro.