La portavoz del colectivo Jóvenes de Castilla y León en Madrid, María José Pérez, también estará en el congreso "Razones para quedarnos. Estrategias frente a la España despoblada", organizado por LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, que se celebrará en el Consejo Consultivo de Castilla y León.

-La presencia de la despoblación en la discusión pública va en aumento. ¿Algo se mueve en los territorios más perjudicados?

-Esa presencia es una de las cosas más positivas que se están produciendo. Además, cada vez hay una participación más efectiva de la sociedad civil para encarar un problema que viene de hace varias décadas y que tiene mucha relación con nuestras vidas. Es el despertar de las conciencias, aunque es verdad que hay organizaciones y plataformas que, antes de la llamada Revuelta de la España Vaciada, ya venían haciendo un trabajo. Cuando nosotros creamos nuestra cuenta de Twitter, alguien nos dijo que por fin se le daba voz a esta realidad, pero simplemente se ha canalizado un malestar que ya estaba presente.

-¿Madrid se ha convertido en una ciudad sobredimensionada?

-Leí hace poco un artículo que decía que Castilla y León es una fábrica de talento para España, pero que está abocada al empobrecimiento, la emigración, la despoblación y el envejecimiento. El problema principal es el éxodo de las personas jóvenes con alta cualificación. En el caso de Madrid, cada vez hay más gente, y muchas de las personas que llegan se van acumulando en la periferia. Los jóvenes se concentran en las grandes urbes, y eso conlleva una reducción de la calidad de vida, mayor contaminación y un aumento de los precios de los alquileres.

-¿Qué hay que hacer para que la gente regrese a esta tierra?

-Es un problema complejo, porque si no, ya se habrían implementado soluciones. Nosotros necesitamos capitalizar la formación y que se pongan en marcha políticas que fijen población. Según se publicó recientemente, dos tercios de los jóvenes de Castilla y León se plantean emigrar. De hecho, los hijos de la España Vaciada hemos sufrido una doble crisis: la económica y la demográfica.

-¿Cuáles son los proyectos de su colectivo para este 2020?

-Vamos paso a paso, porque somos un grupo joven, por la edad de nuestros miembros y lo reciente de su creación. Conscientes de esa realidad, estamos trabajando en la parte del argumentario, con la idea de mantener nuestro activismo, dar pasos firmes e insistir en la concienciación para visibilizar el problema.

-¿Qué esperan extraer del congreso del próximo 5 de febrero?

-Vamos a estar muy atentos. Vamos con ganas de aprender y de crecer. Pensamos que la población joven se tiene que integrar en la lucha contra la despoblación, y así lo vamos a transmitir. Se ha maltratado mucho a nuestra generación, y hay que luchar por contener la sangría.