La zamorana Esther Borrego Gutiérrez deseaba investigar el monasterio de las Descalzas Reales de Madrid, pero el descubrimiento de que procedían de la misma rama que el Corpus Christi de Zamora, de las clarisas coletinas, fijo su interés en la fundación del convento zamorano y su vida en los siglos XVI y XVII y en el origen de su imagen de la que siendo niña le hablaban mucho su madre y su abuela. Fruto del trabajo de casi dos años, en el que pudo acceder a los archivos de la comunidad religiosa, ahora ve la luz el volumen "El convento del Corpus Christi en Zamora en los siglos XVI y XVII. La comunidad, la imagen de la Virgen del Tránsito y otros hechos memorables", editado por la Fundación Científica Caja Rural de Zamora y presentado ayer en un acto en el paraninfo del Colegio Universitario.

El libro, escrito a partir de los documentos del monasterio, del Libro Becerro del Archivo histórico Nacional, de una crónica de Gandía o de un protocolo notarial con detalles del viaje que se custodia el Archivo Histórico Provincial de Zamora, inicia su recorrido histórico por el origen del convento en el testamento de Ana Osorio, "una noble que muere sin descendencia y deja en sus últimas voluntades todo su patrimonio y su casa en la rúa para un convento y pide que vengan las mismas monjas que las del convento de Descalzas Reales de Madrid" explica al tiempo que añade que "los condes de Alba y Aliste, que están emparentados con los Borja de Gandía, eligieron a monjas de Gandía para que vinieran a fundar porque fue el primer monasterio de la reforma colenita". Desde allí viajaron "cuatro monjas y una de ellas la superiora fue Ana de Borja, una noble a la que en su época llamaron la Salomona porque sabía idiomas, traducía y tenía dotes de mando e incluso cuando se fue de la ciudad lo hizo con fama de santidad".

La experta ahonda que las monjas que venía de Gandía llegaron "antes de diciembre de 1596 a la Zamora", fecha que se pensaba que, por el desbordamiento del Duero, las acogieron los Jerónimos durante unos días. "Se decía que las fueron a buscar a ese convento, pero en el libro de cuentas figura que vieron antes a Zamora".

La experta Esther Borrego Gutiérrez resalta que el convento zamorano "tiene un origen unido a la realeza y la monarquía de los Austria". A la luz de los datos que ha cotejado, aporta datos como que "Felipe III en el año 1602 vino a Zamora y fue al convento del Tránsito, tal y como figura el diario del monasterio. Su esposa dejó a una de sus damas de honor como monja en el convento y hasta regalaron un arcón y unas vestiduras". Además, la investigadora apunta que "la emperatriz María de Austria, hermana de Felipe III que decidió vivir hasta el final de sus días en el convento de las Descalzas Reales de Madrid, puso una carroza para que unas religiosas se desplazaran de Madrid a Zamora cómodamente".

Esther Borrego analiza también la comunidad desde su fundación hasta la marcha de la primera abadesa y entre 1620 y 1700. "En la época de la fundadora no se distinguen las monjas y luego comienza a producirse cambios", unos aspectos sobre los que desea seguir trabajando. La zamorana comenta los oficios existentes en la vida conventual "como el de sacristana de la capilla de la Asunción, que descubrí al hablar de la muerte de una religiosa, porque debía de existir una capilla para la Virgen dentro del convento".

El libro, que incluye listado de abadesas o fotografías de documentos, está ya a la venta en el convento del Tránsito.