La pintora Leonor Hernández exhibe por primera vez trece obras donde invita al espectador a reflexionar sobre distintas temáticas en la sala de exposiciones de la Alhóndiga hasta este viernes, día 24.

-¿Cómo llega a la expresión plástica?

-Por inquietud personal. Cuando pintaba me metía en un mundo personal donde me sentía muy bien. Cuando concluí la carrera y me fui a trabajar a Madrid tenía la idea de aprender, pues en Zamora no tuve la oportunidad de hacerlo. En algún momento incluso me planteé el compaginar mi trabajo con el estudio de la carrera de Bellas Artes, pero me resultaba muy difícil por los horarios. Primeramente, acudí a un sitio donde me enseñaron y luego fui a clases con una profesora que me abrió los ojos y busqué en otros espacios aprender más sobre el color. He estado desde 2007 hasta 2014 en una academia en Madrid donde he realizado un par de exposiciones colectivas y todo eso ha hecho que la faceta artística que tenía desde siempre la haya ido desarrollando.

-¿En su arte siempre ha expresado aquello que le preocupa?

-Sí, es una constante. Siempre, desde el primer momento, he empezado a darle la vuelta a la sobreexposición de imágenes, pues es algo que veo todos los días a mi alrededor y que necesito contar. Plasmo aquello que necesito sacar de dentro.

-¿Qué temas le inquietan?

-La ecología, lo que sucede en el Mediterráneo o la violencia contra la mujer, entre otros muchos. La obra en la que aparece escrita la frase "no es no", que tuvo un largo proceso de creación, cuando la estaba pensando coincidió que se dio a conocer la resolución del caso de la Manada de Pamplona y todas las manifestaciones que hubo. Me sirvió como excusa porque quería hablar de arte, pero también quería hablar de la mujer. El díptico lo completa una mano que uno no sabe si va a ayudar o va a hundir a la mujer. Me gusta contar lo que quiero y el arte me sirve para expresarlo.

-Sus obras son muy complejas y tienen mucho trabajo detrás. ¿Cómo las gesta?

-De entrada, me siento y con lápiz y papel hago una reflexión sobre lo que necesito y quiero contar y a partir de ahí me documento. Para mí es un trabajo de investigación a partir de un concepto que tengo muy claro, cada obra está muy estudiada. Busco y busco y hasta que encuentro referentes. Una vez que los he localizado me planteo los materiales que utilizaré y comienzo a realizar bocetos y luego ya inicio el trabajo de caballete. Empleo distintas técnicas, según me pida la obra e incluso recurro al collage. Cada obra conlleva más de seis meses de labor.

-Esta muestra en Zamora supone su primera exposición en solitario. ¿Qué le impulsa a realizarla?

-Tenía la necesidad de que alguien viera mi trabajo y qué mejor que el lugar donde nací, en Zamora. Al compartir mis obras quiero hacer consciente al público de que arte es algo vivo y que tenemos mantenerlo en nuestra cultura de ahora. Es muy válido cualquier tipo de arte virtual y digital, pero, desde mi punto de vista, el soporte clásico sigue y debe seguir teniendo vigencia.

-¿En qué está trabajando ahora?

-Estoy preparando un libro de artista que habla de imágenes, de otras culturas o de la fragilidad como salida a una necesidad personal. Estoy casi es la fase de conclusión y ya en tengo en mente el siguiente, en el que le daré la vuelta a alguna performance de alguna autora.

-¿Se plantea dar el salto a galerías?

-No, de momento me conformo con estos ámbitos. Quiero preparar otra exposición individual tras el esfuerzo que ha sido montar la muestra en Zamora. Es verdad que en libro de artista se entiende mejor en una galería, pero mi finalidad no es comercial. No obstante, estoy empezando y estoy abierta a todo lo que me pueda surgir.