David Redoli, sociólogo y expresidente de la Asociación de Comunicación Política (ACOP), coordinará el 5 de febrero la mesa titulada "La España despoblada. Comunicar en positivo", dentro de la jornada "Razones para quedarnos. Estrategias frente a la España Despoblada", organizada por LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA y Prensa Ibérica.

-¿Hay que hablar sobre despoblación?

-Me parece fundamental porque estamos hablando de un problema de Estado. Los españoles somos muy conscientes de que esto afecta a la calidad de vida del país, no solo de las regiones que se puedan ver afectadas por la despoblación o el envejecimiento, como es el caso de Zamora.

-¿Es posible comunicar en positivo sobre la España despoblada?

-Sí, por supuesto. Todos los asuntos tienen un marco negativo y un marco positivo. Cuando hablamos de la despoblación, tenemos que hablar de la riqueza que estamos perdiendo como país por dejar abandonadas estas zonas. Estamos hablando de riqueza, eso es lo positivo. La riqueza que atesoran las zonas que ahora mismo están siendo afectadas por la despoblación y el envejecimiento es enorme en muchas materias, gastronómica, medioambiental, paisajística, de turismo y enológica.

-Es uno de los problemas que más preocupa, ¿es tan importante?

-Es tan importante que la cuarta vicepresidencia del Gobierno se llama vicepresidencia para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Además, es un asunto que cada vez tiene más presencia en las instituciones europeas, ya que hay varios países de la Unión Europea afectados, aunque no con la intensidad extrema con la que está afectada Castilla y León.

-¿Qué falta en los pueblos?

-Fundamentalmente posibilidades de desarrollar proyectos de vida y eso implica tener un trabajo y viabilidad laboral, lo que se consigue con políticas públicas. La despoblación y el envejecimiento no son designios divinos, son el resultado de unas políticas públicas que no dan los resultados que deberían estar dando. Son decisiones políticas las que pueden solucionar este problema que tenemos en Castilla y León y especialmente en Zamora.

-¿Por dónde pasan las soluciones?

-Las soluciones son multifactoriales, hay que combinar múltiples políticas públicas, desde mejorar la participación ciudadana a través de la financiación de tejido asociativo, revitalización de la autonomía de las entidades locales, impulso del emprendimiento, nuevas actividades económicas, apoyo al turismo rural y agroalimentario. También políticas como actividades deportivas, mejora de los servicios básicos como Internet para que lleguen a todo el territorio, barajar asentamiento de población inmigrante y ayudas a las familias para la natalidad.

-¿El futuro no es halagüeño?

-Debemos ser optimistas porque el gran paso que había que dar ya se ha dado, que es que por fin un Gobierno incorpore a nivel ministerial el reto demográfico.