El humorista Miki Nadal junto con Sinacio actúa este sábado, día 18 de enero, en el Teatro Ramos Carrión con el espectáculo "Redford & Newman".

-¿Cómo surge el proyecto de la obra?

-Se puso en contacto conmigo Sinacio tras estar él de gira con Leo Harlem durante 5 años por teatros con la obra "Aquí hemos llegado". Me propuso continuar con la racha de llenos absolutos en teatros y me explicó que había pensado hacer conmigo una obra. A partir de ese punto, comenzamos a escribir la función junto con Ángel Martín. Ahora estamos dándole vida por toda España.

-¿Tres cabezas pensantes confeccionando un guion es bueno o es malo?

-Sin duda es bueno. Si una cosa hacía gracia a los tres se plasmaba, si solo a dos, se quedaba en el tintero.

-¿Qué ingredientes tuvieron claro que debían de conformar la comedia?

-Tuvimos muy claro que queríamos hacer reír a la mayor gente posible. No queríamos molestar, no meternos en camisa de once varas, ni en provocaciones, ni posicionarnos en ningún tema... Queríamos reírnos y que hubiera dos personajes que lo pasan mal y una tercera que les perturba.

-Enumera muchos aspectos que tenían claro que no iban a abordar. ¿Cada vez resulta más difícil encontrar un "tono adecuado" para hacer humor?

-La gente ahora con las redes sociales tiene más facilidad para que queja parezca que tiene más repercusión, pero en el fondo esto ha pasado toda la vida. Siempre han existido y van a existir las opiniones contrarias.

-¿Cómo está siendo estar trabajando bajo las órdenes de un compañero como es Ángel Martín?

-Fantástico. Él sabe mucho de comedia. Yo he trabajado con él en "Sé lo que hicisteis..." durante 5 años. Ha sido un guionista estrella de series como "Siete vidas" y sabe manejar el ritmo de la comedia y la forma de hacer los sketches, lo que desde el patio de butacas dirigiéndonos ayuda muchísimo.

-Con Sinacio, ¿qué tal se encuentra sobre el escenario?

-Tenemos un humor muy parecido y existe mucha complicidad pues nos conocemos desde hace mucho tiempo. Hace más de 20 años que coincidimos en "Cinco hombres.com", una obra significativa dentro del mundo del monólogo.

-La tercera pata sobre la escena corresponde a Nerea Garmendia.

-Ella encarna a la vecina de la que está enamorado Newman, que es el personaje que interpreta Sinacio. Es muy atractiva y divertida y otorga un punto de locura y cordura que tiene que tener cualquier comunidad de vecinos. Yo interpreto a un pobre hombre recién divorciado al que la vida no le ha tratado muy bien. Creía que con su forma de ser podría salir hacia delante, pero su mundo se viene abajo, lo que le hace buscar refugio en el amigo que tuvo.

-¿Qué va a encontrar el espectador que asista a la función?

-Ante todo se va a reír muchísimo porque la historia es muy divertida. En la trama está presente la amistad, el amor, la conquista... distintos aspectos de la vida en general aderezados con muchas situaciones cómicas y mucho humor visual. Es una comedia actualizada porque incluimos el personaje de un asistente virtual como es Alexa, pero en este caso llamada Maruxa, un prototipo gallego que no entiende todo lo que le dicen y también aparecen un robot Roomba dando vueltas.

-Ustedes actualmente participa en un programa diario de televisión ¿cómo lo compagina?

-Me resulta complicado. Para ir a los lugares donde actuamos dentro de la gira es difícil, pues salgo a las seis del estudio de "Zapeando" y tengo que estar a las 21.00 horas actuando a cientos de kilómetros. Pese a todo se disfruta mucho. Me gusta el directo y en televisión desde luego no es lo mismo que el teatro, pero a mí, ante todo, me gusta actuar. No me gusta grabar de ahí que el cine y las series de televisión no sean ámbitos que me apasionen.

-Y ¿en ese directo cuesta más arrancar una sonrisa al público que hace años?

-En televisión el resultado lo tenemos todos los días con las audiencias y en el teatro, en el momento. Creo que hace reír es fácil y difícil a la vez. Fácil porque nosotros tenemos nuestros recursos y difícil porque cada vez hay más competencia tanto en televisión como en teatro. Ahora tienes que ser mejor para que el público acuda al teatro y para que la gente te quiera ver en televisión.

-Tras años dedicándose al humor sigue en la pomada.

-Resulta complicado porque trabajar en televisión es un ejercicio de inteligencia en el sentido de que tienes que saber dónde estás, qué quiere la gente, tienes que saber lo que lleva, pues te puedes quedar fuera muy fácilmente. En televisión en cuanto dejas de salir tres meses, se olvidan de ti. Personalmente creo que he tenido suerte porque no dejado de trabajar desde 1997 y de aparecer este tipo en televisión. Llevo más de 4.000 programas en directo en televisión, una cifra muy significativa y por ello me siento un privilegiado. Desde luego me lo he trabajado, pero hay que tener una pizca de suerte para poder aguantar tanto.

-Y ¿cómo llegó a ser cómico?

-Un poco como todos los que nos dedicamos a esto. Ya de pequeño era payasete y hacía reír a los amigos. Una cosa te lleva a la hora y por circunstancias de la vida me animaron, pues no es fácil hacer reír a la gente. Si tienes ese don o esa facilidad la tienes que explotar, pues el humorista es un trabajo muy solicitado, aunque parezca que no, y sin duda muy agradecido.