Noemi Navas, de Anfac (patronal de los concesionarios), lamentó la caída de las matriculaciones el año pasado. Apostó por dar "mensajes de certidumbres" a los clientes particulares para "revertir" la situación en el diésel.

Por su parte, su homólogo en Faconauto, Raúl Morales, también dio por bueno el año, al recordar que las matriculaciones se han visto "muy impactadas" todavía por el "ruido" en torno al diésel, lo que ha afectado particularmente al mercado de particulares. Auguró "mucha incertidumbre" en 2020, por lo que las ventas descenderán, de nuevo, alrededor del tres por ciento. Un resultado que puede mejorar o empeorar, en función de la evolución que tenga la economía, el empleo, la confianza del consumidor y el contexto político. Asimismo, Morales puso el acento en el impacto por la entrada en vigor de la nueva normativa europea de emisiones, que obligará a los fabricantes a no rebasar en su mix de ventas los 95 gramos de dióxido de carbono. Morales apuntó que las cifras positivas de los últimos cuatro meses no han sido suficientes para dar la vuelta al mercado que cierra en negativo por la debilidad de las compras de particulares.