"Quería responder a la pregunta de por qué determinados hombres y mujeres, e incluso niños, llegan a cruzar el límite que es el arrebatar, a veces de una manera muy violenta, la vida a otro ser humano". Ese es el motivo principal por el que la abogada y criminóloga Paz Velasco escribió el ensayo "Criminal-mente", con un éxito avalado por su quinta edición y que presentó ayer por la tarde en el paraninfo del Colegio Universitario, dentro del Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, presentado por Carmen Ferreras.

Para la experta, la fascinación generalizada por el crimen -que se muestra también a través del éxito y multiplicación de series televisivas y películas con este tipo de protagonistas- está "en donde cada uno la quiera buscar". A este respecto, señala que mientras unos se centran simplemente en intentar entenderlo, otros apuestan por el morbo lógico o el interés público o social que causan los casos más mediáticos y de los que se hacen eco periódicos y televisiones. Pero incluso están aquellas personas denominadas "copycat", quienes desean imitar la conducta de un asesino predecesor, para emular sus crímenes siguiendo su "modus operandi".

"El crimen no nos fascina por una única razón, sino que, como sociedad y como individuos que formamos parte de esa sociedad, nos va a interesar por diferentes razones", argumenta Velasco.

La pregunta base de la criminología y que todos los expertos desean desentrañar es el por qué de la conducta delictiva. "El criminólogo se centra en saber por qué el ser humano mata en distintos momentos y contextos, aparte de la pregunta del millón que es si todos somos capaces de matar", inquiere la ponente, quien reconoce que esta acción no es ni mucho menos sencilla. "Es cierto que todos tenemos esa capacidad, de lo contrario, no habríamos sobrevivido como especie", razona.

Aun así, solo determinadas personas tienen unos factores más propicios y que les predisponen más a la violencia, a la agresividad y a cometer un crimen. "Pero, en situaciones de alto estrés o, por ejemplo, para defender a nuestros hijos, en circunstancias de legítima defensa, en un contexto determinado y con unas características concretas, cualquiera somos capaces de cometer un crimen", subraya la criminóloga.

Una sentencia que pone los pelos de punta, más aún cuando Paz Velasco añade que hay también personas que aunque puedan ser psicópatas o sociópatas y que tengas esas características, sin embargo, no cometan un crimen. "La razón está en que existen una serie de factores que dependiendo de cómo se mezclen y en qué cantidad se haga, puedan dar como resultado el cometer un crimen o no", indica.

En el caso concreto de los asesinos en serie existe lo que la abogada denomina un "estresor" previo, algo que provoca que salte ese asesino latente que llega a matar por vez primera. "Todos tenemos la materia prima ahí, pero no a todos se nos pone en marcha con el mismo medio o con el mismo instrumento", explica.

Y ahí es donde entra de lleno la labor del criminólogo, que es totalmente diferente de la del criminalista. "Este segundo, como en el caso del periodista, se centra más en el qué, cómo, cuándo, dónde...", diferencia. Por su parte, el criminólogo se centra en qué hace que sujetos que viven unas circunstancias muy duras, con familias normalmente disfuncionales, terminen matando o no.

"La criminalidad es multifactorial, hay una serie de factores que entran en una coctelera junto con el ambiente en el que están, la infancia que han tenido, el maltrato que hayan sufrido, los abusos emocionales o maltrato, la familia disfuncional en la que hayan crecido o el entorno de delincuencia que hayan vivido", enumera. "Si naces con ese defecto neurológico que tienen los psicópatas, eres una auténtica bomba de relojería", sentencia Velasco.