Empeñada en que los niños aprendan a desarrollar los dos hemisferios del cerebro, la pedagoga Cristina Pérez Lorenzo ha desarrollado un material educativo innovador, con unos cuadernillos dedicados a este fin, dentro de una colección, "Krissplanet", que ha ido creciendo con nuevas libretas que ahora se centran en la inteligencia emocional.

-¿Para qué está pensada esta nueva colección?

-Es la más potente ahora mismo, porque por un lado tiene la estimulación de los dos hemisferios, pero también se ayuda a trabajar la inteligencia emocional. Los ejercicios están pensados para que el niño explore y descubra qué emociones existen, cuáles siente más o las que más y menos le gustan. Esto también sirve para los padres, porque en función de lo que el niño vaya respondiendo, sabrán si gestiona bien sus emociones.

-¿Está ganando peso la inteligencia emocional?

-Empieza a estar de moda, pero sin estarlo realmente. Es verdad que es muy importante, pero en el día a día, por la forma de comunicarse los niños y sobre todo los adolescentes, se ve que falta el tema de las emociones, con aspectos como la empatía o la afectividad. Todo ello está muy relacionado con el tema de la inteligencia emocional y si no se trabaja desde pequeño, cuando llega la adolescencia, que es un periodo más complicado, no saben cómo se sienten ellos ni qué sienten los demás y ahí puede haber una problemática de emociones. Por eso es importante que los niños sepan qué emociones hay, cómo pueden identificarlas y gestionarlas. Y que no hay emociones buenas o malas, todas son válidas, lo que pasa es que unas te provocan sensaciones negativas en tu cuerpo y otras más positivas, pero realmente todas las emociones hay que vivirlas, saber que están y cómo responder ante ellas.

-¿Se cojea educativamente todavía en ese ámbito?

-Sí, aunque se quiere empezar a meter en la educación de forma transversal. Sin embargo, no se trata tan directamente porque uno se centra más en los contenidos de lectoescritura o aritmética, que está todo en el hemisferio izquierdo. Las emociones, ubicadas en el derecho, no se trabajan.

-¿En qué se basa el sistema de aprendizaje de sus cuadernillos?

-Los materiales que existen hoy en día tienden a trabajar un hemisferio, que suele ser el izquierdo, que es el que la sociedad más valora, ya que se tiene en más estima, por ejemplo, a uno ingeniero que a un artista. Y no solo profesionalmente. En el día a día estamos acostumbrados a que todo lo que estimulamos esté en el hemisferio izquierdo, como es la lógica o la aritmética, todo lo que es más racional. Y lo que es más sensitivo o más emocional queda un poco dormido. Yo veía que los materiales educativos de hoy en día solo se centraban en el aspecto lógico, así que lo que he hecho ha sido crear unos materiales que van combinando ejercicios. De esta forma, se consigue estimular el cerebro habiendo una relación e interacción entre los dos hemisferios y que no se trabaje solo uno mientras que el otro se queda un poco más de lado.

-¿Es sencillo desarrollarlo de esta doble forma?

-El potencial cerebral está, todos nacemos con las mismas capacidades, pero lo que pasa es que no siempre se estimulan del mismo modo. Por eso es importante trabajarlo desde pequeños, que es cuando la plasticidad cerebral es mayor, pero sin olvidar hacerlo también de mayores. De hecho, ahora he creado también una guía de regalo para toda la familia, con ejercicios que se pueden practicar en el día a día para todas las edades, dedes los tres hasta los cien años.

-¿Como cuáles?

-Son ejercicios tan sencillos como que, por ejemplo, en el aire se dibuje un triángulo con la mano derecha y luego un círculo con la izquierda. Después, se deben hacer a la vez luego ambas cosas. Puede parecer algo muy simple, pero cuesta hacerlo y la práctica hace que el cerebro entrene para que los hemisferios trabajen conjuntamente. Se trata básicamente de gimnasia cerebral.

-¿El sistema educativo debería adaptarse para ayudar al desarrollo de los dos hemisferios?

-Mi idea es incluir este formato de los cuadernillos que edito en colegios, acercarme a los centros y explicarles el sistema. Por ejemplo, si se centrasen en el grupo del aula, les generaría un sentimiento de pertenencia, porque lo de pertenecer a un grupo es importante socialmente. Esos libros estarían enfocados así y los profesores podrían analizar si los materiales que están usando en el día a día fomentan los dos hemisferios. No sería un gran cambio, porque, aunque se tiende a centrarse en los números y las letras, si se incluyen la creatividad y la imaginación se puede conseguir el cambio sin mayor problema.

-Estos cuadernillos que ha elaborado se alejan de las nuevas tecnologías. ¿Apuesta por mantener los materiales clásicos para la educación?

-Es algo muy importante. Me han sugerido en varias ocasiones que también desarrolle estos cuadernillos a través de aplicaciones móviles, porque están muy de moda, pero el cerebro, por naturaleza, necesita un proceso de aprendizaje, a lo que hay que unir el tema de la motricidad. Es decir, un niño tiene que saber coger un lápiz, hacer formas con él en el papel, mover el brazo, desarrollar su lateralidad y saber con todo ello si es diestro o zurdo.

-¿Eso es complicado desarrollarlo con las nuevas tecnologías?

-Con una pantalla, lo único que hace el niño es mover el dedo y no está desarrollando realmente todo el potencial de su cerebro. Puede que sea más atractivo, porque se realiza en una pantalla y es lo que hoy en día más les gusta a ellos, pero hay que tener en cuenta que las cosas que se hacen en papel también son necesarias. Se le obliga a enfocar su ojo con la mano y hacer círculos o letras. No es lo mismo pintar con un dedo en una pantalla que coger un lápiz con la mano y desarrollar la motricidad fina. Con una tablet no se puede desarrollar ninguna de estas destrezas.

-¿Considera que se está abusando de las nuevas tecnologías con los más pequeños?

-Está bien que en el sistema educativo se introduzcan las nuevas tecnologías, pero deberían ser un complemento y exigir que se hagan algunas actividades con papel y otras con ordenador. Por ejemplo, creo que pintar, necesariamente, se tiene que hacer en papel. Los padres tienden a preferir la tablet para que el niño esté entretenido a tener que ir a comprar un libro y estar con ellos y aunque las nuevas tecnologías son muy cómodas, no por ello tienen que ser las más efectivas.

-¿Se puede desarrollar igualmente con ellas los dos hemisferios del cerebro?

-Viene en función de lo que estés haciendo en la tablet. Por ejemplo, un sudoku sería ideal para desarrollar el hemisferio izquierdo, mientras que pintar mandalas se centraría en el derecho. Pero sin embargo, la creatividad de pintar un dibujo en papel te exige elegir la pintura, coger un folio en blanco y empezar de cero, mientras que con la tablet es básicamente solo rellenar.

-¿Qué perjuicios conlleva el uso de las nuevas tecnologías en las edades más tempranas?

-Las nuevas tecnologías te llevan a individualizar, no a salir a la calle y jugar en grupo. Los niños están mirando fijamente a sus pantallas, sin importarles quién está a su lado. En este sentido, que desde pequeños se les dé más permiso para el uso de la redes sociales y los móviles conlleva a que nos encontremos con una sociedad cada vez más individualista.

-¿Y cómo puede afectar esto al ámbito de las emociones?

-Con el tema de las emociones, si no te rodeas de los demás no sabes lo que pueden llegar a sentir. Desde pequeño es importante que tanto en el colegio como fuera se hagan más actividades en grupo. Así serán capaz de ver que hay más perspectivas aparte de la suya y eso ayudará a valorar en el futuro todas las opiniones.

-¿La cultura del esfuerzo también se está perdiendo en esta sociedad?

-Sí, porque los niños cada vez se acostumbran más a la comodidad de pedir algo y tenerlo de inmediato. A veces también porque decir un "no" a un niño supone para el padre unas consecuencias que nos generan mucho más estrés y por eso le decimos "sí" a todo. El niño lo aprende entonces como estrategia, así que la usará incluso cuando sea mayor.