La Asociación Cultural de Aficionados a las Construcciones Lego, ALE! ha vuelto a compartir uno de sus montajes con el público en el Museo Etnográfico. Domingo Hidalgo Mayor forma parte del colectivo y ha sido la persona que ha coordinado el trabajo.

-¿Qué ha movido al colectivo a regresar con un de sus diseños tras compartir la propuesta de Harlem?

-El Museo se puso en contacto con nuestro presidente meses atrás. Yo cada dos años monto un belén y el pasado mes de junio me propusieron hacer uno para Zamora. Mi último diseño era tres veces más pequeño que este, por lo que me puse en contacto con los compañeros. Tenemos que ser un equipo y repartimos el trabajo porque de otra manera es inviable.

-¿Cómo se distribuyeron el trabajo?

-Por módulos. Hay 72 módulos y cada persona se encarga de los módulos que pueda comprometerse a llevar a cabo. En nuestra página web tenemos un foro donde se explica que vamos a hacer un nuevo diorama y se solicita colaboración. Cada uno se compromete a hacer unas partes en concreto. Si a 30 días no está concluida cada una de las partes, otra persona hace lo que quede pendiente. Tras realizar cada uno su labor en casa hemos venido a Zamora con ellos y los hemos montado.

-¿Cuántas horas han podido tardar en cada módulo?

-No puedo calcular lo que se puede tardar en hacer ciertas construcciones, pero otro factor que hay que tener presente es que se precisan unas piezas en concreto que muchas veces tienes que comprar en el extranjero. Las piezas de cada módulo son de la persona que lo ha realizado y supone una inversión elevada porque cada pieza tiene un coste de diez céntimos, de hecho en el montaje hay algunas que valen más de 25 euros, como alguno de los animales. Constructivamente considero muy complicado hacer los principales edificios romanos que ha hecho Víctor Martínez Nouvilas, el anfiteatro, una domus abierta y el palacio.

-¿En qué consiste la propuesta que todavía puede contemplarse?

-Se trata de un belén de cuatro metros cuadrados con alrededor de 80.000 piezas, más de 100 minifiguras y otros tantos animales. Hemos trabajado un equipo de diez personas a lo largo de seis meses. Detrás de este nacimiento hay planificación. Primero se hace sobre papel y tenemos un ideólogo Emiliano Martínez de Dios. Yo empecé a plantear el tamaño y él me fue corrigiendo para que saliera correctamente. En el montaje se aprecian dos partes muy diferenciadas por un lado en mundo romano, rico con su domus, los palacios, un anfiteatro, caballerizas, patio asi como una muralla, a modo de guiño a la que hay en Zamora, y tras una gran montaña, que hemos hecho con pilares de piezas de Lego, el ámbito hebreo, más pobre, una zona más pobre donde se encuentran los Reyes Magos y el pesebre. Hay una parte rica y otra pobre.

-¿Qué curiosidades presenta?

-Desde un oasis, una torre de vigilancia para evitar que roben las vides, un lagar, unas lavanderas o una casa de campo con olivos porque siempre hay que respetar la agricultura y los modos de vida que había por aquel entonces. No puedes meter una cosechadora.

-No obstante, sitúan varias piezas atípicas para que las localice el público.

-Hacemos este guiño para provocar sonrisas entre el público, que se rían.

-La mayor dificultad de este montaje ¿cuál es?

-La coordinación que llevamos a cabo con una serie de reuniones presenciales y contacto por WhatsApp. Es mucho lo que hay que realizar para que haya visto la luz. Nuestro colectivo integra a unos 60 socios y este es el único montaje de belén que realizamos.

-Lo más gratificantes de su labor...

-Verlo expuesto y la sonrisa de los niños cuando los ven. Para mí las piezas de LEGO son muy especial porque puedes crear todo tipo de cosas.

-¿Qué reglas tiene que seguir en sus diseños?

-Nosotros intentamos utilizar el mínimo de piezas ajenas a Lego pero hay veces que Lego no tiene y no te queda más remedio que tirar de otros materiales. En esta ocasión las licencias que nos hemos permitido son las lanzas, cascos, ropas que he hecho yo a mano.