El escritor Benito Pascual acaba de publicar su primer poemario que lleva por título "Vientos difíciles", tras alumbrar las novelas "Un bosque dentro" y "El último paisaje de Otis" o el libro de viajes "Laponia insólita" sin olvidar el volumen "Icebergs. Microrrelatos".

-¿Cómo nació este poemario?

-Escribo poesía desde hace mucho tiempo. Nunca había tenido la oportunidad de concretarlo y decidí hace dos años ponerme en firme con la poesía. No obstante, no pensaba que fuera a surgir este libro.

-¿Se produjo algún detonante para que se dejara "atrapar" por la poesía?

-Coincidió con el nacimiento de mi hija. No sé si era un estado emocional, pero al final coincidió este hecho con mis ganas de acometer el poemario. Fueron las dos cosas al mismo tiempo.

-¿Qué tipo de poemas recoge "Vientos difíciles"?

-Quería hacer un tipo de poesía que se comprendiera y se entendiera, lo que tiene una doble lectura. La prosa o la novela tiene más de intentar entender lo que nos quiere decir el autor, pero la poesía es pura emoción y no hay que afrontar su lectura desde el propósito de comprenderla. El lenguaje que he utilizado y que siempre empleo es muy asequible, lo que, de alguna manera, me sirve para que el lector conecte con mi universo poético.

-Este lenguaje comprensible ¿ha sido una característica presente en su poesía desde los inicios?

-No, yo creo que en cualquier persona que escribe siempre hay una evolución. En mi caso es una evolución lógica, dado que partes de una poesía muy introspectiva, para derivar luego en algo más minimalista y esencial, en algo no demasiado rebuscado. En este poemario no hay que buscar metáforas sesudas ni imágenes... es un poco el asombro. Es buscar el asombro ante el paisaje o ante un momento determinado. En este poemario busco que quienes lo lean puedan identificarse con una explosión de emociones, de cosas que te hagan sentir.

-Unas emociones que transmite ¿a través de qué temáticas?

-Obviamente de la naturaleza. En casi todo lo que he escrito hasta el momento está presente, de una manera u otra, la naturaleza como en "Un bosque dentro", la novela que escribí hace dos años, o "Laponia insólita" es un libro de viajes que tiene que ver con un territorio o "El último paisaje de Otis". La naturaleza siempre me inspira, pero en los poemas se convierte en un personaje más, en alguien que te acompaña y se personifica. Es un elemento recurrente en todos los poemas y aglutinador. Los vientos es el viento que viaja por el tiempo, por la memoria y las circunstancias vitales de una persona. Ese viento es el elemento que da forma a todos los poemas. Aunque no aparece explícitamente en todos, el viento resulta el elemento interno que aparentemente no se ve pero que está presente. En todos los poemas hay un poco de viento y de naturaleza.

-¿Y hay una defensa del medioambiente?

-Sí sin duda. El arte nos sirve para reivindicar, para expresar y para denunciar con lo que no estás de acuerdo. Escribir es intentar curar una herida que tú tienes y que nunca se acaba de cerrar porque sigues insistiendo nuevamente y sigues escribiendo porque no están de acuerdo con el mundo. Hay una parte, no muy explícita, reivindicativa como el momento en el que ves un paisaje desolado y te da rabia. Cuando escribes poesía es muy difícil mantener el hilo conductor y la tensión narrativa dentro del poemario para que todo tenga una uniformidad.

-Alude a mantener la tensión narrativa ¿son poemas largos o cortos?

-Tenía muy claro que quería publicar un poemario con poemas muy cortos e impactantes. Mis poemas están muy unidos a los microrrelatos porque son de un estilo muy narrativo. Desde mi punto de vista son una mezcla de microrrelato y verso porque cuentan, aunque no sea una característica de la poesía. En mi poemario hay mucho de realismo, a veces incluso de hiperrealismo, y de narrativo, de microrrelato. Es como si hubiera salido del poema y te das cuenta de que te están contando una historia.

-¿Sigue trabajando en esta misma línea creativa?

-Tengo otro poemario escrito en esta misma tónica, pues es la línea con la que me siento más cómodo. Son poemas cortos, pero muy incisivos que me permiten llegar enseguida a donde pretendo.

-De sus palabras se deduce que se encuentra más cómodo en la poesía narrativa que con la narrativa pura y dura.

-Sí. Es una línea bastante común ahora. Estoy leyendo ahora mucha poesía y la mayoría de autores escriben una poesía donde no aparece la frontera entre género. Es un momento en el que se mezclan muchos géneros.

-La publicación del poemario ¿ha sido una tarea laboriosa?

-Ahora se está viviendo un buen momento en la poesía. Existen muchos autores nuevos y los jóvenes, por mi contacto con mis alumnos en el instituto, están acercándose a la poesía. No es una lectura masiva, pero detecto un interés. Recientemente una alumna me decía que era el género que más le gustaba. Hay una época entre la adolescencia y la juventud donde detecto un brote de interés. Para mí la poesía es la perla de la literatura, quizá sea el género más difícil y exigente pero cuando ya te metes en ella, cuando la lees, no puedes salir. La poesía es adictiva.