27 de los 28 ayuntamientos zamoranos que han solicitado una regularización de valores catastrales para el año 2020 lo han hecho para ver aumentados los baremos. Solo uno de los ayuntamientos que ha acudido a este proceso, el de Ayoó de Vidriales, contaba con una actualización de valores hecha poco después de la burbuja inmobiliaria, cuando el valor de los inmuebles era más alto que ahora. La consecuencia para los 27 pueblos que han pedido nuevos valores es que ahora se abre la puerta a una subida del recibo del Impuesto de Bienes Urbanos para sus vecinos. Aunque el coeficiente de cálculo del impuesto no haya variado, el recibo será mayor cuanto mayor sea el valor del bien gravado. Por ello, salvo que los ayuntamientos hayan aprobado una reducción de este coeficiente, los vecinos pagarán más este año en comparación con el pasado.

Los municipios afectados son Andavías, Bretocino, Carbajales de Alba, Castroverde de Campos, Coomonte, Cubillos, El Perdigón, Fermoselle, Fresno de Sayago, Jambrina, Lubián, Maire de Castroponce, Manzanal del Barco, Perilla de Castro, Piedrahíta de Castro, Quintanilla del Olmo, Rionegro del Puente, Robleda-Cervantes, Roelos de Sayago, Salce, San Esteban del Molar, San Vicente de la Cabeza, Torres del Carrizal, Valdescoriel, Venialbo, Villar de Fallaves y Villardondiego.

La actualización de valores es un mecanismo al que acuden los ayuntamientos cuando necesitan un incremento de la recaudación por IBI pero no quieren subir el coeficiente por el que se calcula el impuesto. Basándose en el año de la última actualización aprobada puede determinarse si el ayuntamiento verá aumentado su valor catastral o si, por el contrario, caerá. Los municipios con actualizaciones hechas en los años de burbuja inmobiliaria o en los primeros años de la crisis suelen ver como su suelo pierde valor. Sin embargo, aún con crisis económica y dos recesiones de por medio, los municipios que no actualizan sus valores catastrales desde hace lustros ven como las cifras aumentan. En varios municipios zamoranos -como Coomonte, Lubián, Robleda-Cervantes o Maire de Castroponce- la última actualización de valores data de 1989, por lo que una cierta "relajación" del porcentaje para pagar el IBI se antoja necesaria para que el recibo no se dispare. En la mayoría de los casos la última actualización catastral de la que hay noticias data de entre 1990 y 1994, según el BOE.

La orden del Boletín Oficial del Estado, publicada el pasado día 28 de diciembre, surte efectos desde ayer aunque los valores catastrales definitivos tendrán que establecerse en los Presupuestos Generales del Estado. Los ayuntamientos que quieran acogerse a este proceso deben comunicarlo a la Dirección General del Catastro en los primeros meses del año anterior, deben poner sobre la mesa diferencias sustanciales entre los valores de mercado y los que sirvieron como base para la determinación de los valores catastrales y deben haber visto pasar al menos cinco años desde la entrada en valor de los baremos que sirven como base.