La línea de Alta Velocidad ferroviaria entre la ciudad de Zamora y Pedralba de la Pradería, próxima al límite con Orense, se pondrá en servicio a finales de la próxima primavera, estación que finaliza el 20 de junio. Este nuevo tramo, que amplía el trazado del AVE en Castilla y León, supondrá un ahorro de 50 minutos en los tiempos de viaje entre Madrid y Galicia, según los cálculos que hacen desde ADIF difundidos ayer por la agencia Ical.

Estos son los plazos que maneja el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) para este corredor de 110 kilómetros que parte de la capital zamorana, hasta donde llegó el AVE hace cuatro años, y se extiende hasta la población de Pedralba de la Pradería. Con la llegada del nuevo año, comenzarán las pruebas a velocidades de 300 kilómetros por hora que se mantendrán durante los meses de enero y febrero.

Se trata de las últimas pruebas técnicas que permitirán abrir al tráfico comercial la vía sobre la que volará el AVE en una provincia como Zamora, considerada territorio de la España vaciada y que finaliza en un núcleo del medio rural próximo al límite gallego. Se trata, además, de la primera conexión entre dos comunidades con servicios de alta velocidad, a falta de que se remate el tramo entre Pedralba y Orense.

Con el fin de las pruebas, Renfe afrontará la explotación comercial de este nuevo trazado del AVE hasta la comarca de Sanabria. La inauguración de este servicio de alta velocidad llega, no obstante, con retraso sobre el calendario inicial. Las obras no finalizaron en 2018, como se preveía y se prolongaron hasta este año, de forma que la siguiente fase, las de las pruebas y ajuste de los sistemas ferroviarios han llevado hasta mediados de 2020 la apertura de la línea.

En paralelo, ADIF calcula que en primavera se estará probando también la vía entre Pedralba y Orense, donde se están finalizando las obras. En la parte final del trazado -entre Pedralba y Taboadela- cinco equipos instalan al día un kilómetro de vía en placa. Con estos trabajos avanzados, los tramos de viaductos en territorio gallego -cuatro kilómetros- les seguirán, para permitir el montaje de la catenaria. En marzo empezarán también las pruebas de carga en la última parte.

También están avanzados los trabajos de construcción de la estación de alta velocidad en Otero de Sanabria, que comenzaron en verano de 2018, con un presupuesto de cuatro millones. Pese a las críticas, su objetivo de dar servicio a la comarca, con una población de 7.000 vecinos que se triplica en verano, y también a la ciudad de Braganza y la región de Tras os Montes, en el norte de Portugal. Una infraestructura necesaria.

110 kilómetros

Este tramo de alta velocidad ferroviaria, inscrito en la Línea de Alta Velocidad Madrid-Galicia, parte de la estación de Zamora y tiene una longitud total de 110 kilómetros, con doble vía en ancho estándar o UIC (1.435 milímetros) en todo su recorrido. La inversión en toda la línea es de 4.325 millones de euros y la ejecución actual es del 96 por ciento.

El tramo, en fase de pruebas, está diseñado para velocidades máximas de hasta 350 kilómetros por hora, con electrificación 2x25 kV 50 Hz en corriente alterna, sistemas de control de tráfico ERTMS N2 y Asfa, y sistema de comunicaciones móviles GSM-R.

El trazado incluye, como elementos principales, 16 viaductos, nueve túneles, el PAET (Puesto de Adelantamiento y Estacionamiento de Trenes) de Tábara, la nueva estación de Otero de Sanabria y un cambiador de ancho en Pedralba de la Pradería. Entre los puntos singulares del trazado destacan los viaductos sobre el río Tera (645 metros) y Puebla Este (756 metros), así como los túneles de Otero (1.144,4 metros) y Puebla (1.498,4 metros).