Desde los clásicos huevos, tubos de papel higiénico o palillos, pasando por modernas cápsulas de café, latas de refresco y tapones de corcho para terminar inspirados por la naturaleza con piedras, piñas o mazorcas de maíz. Distintos materiales para un mismo fin: participar en el concurso de belenes organizado por la delegación diocesana de enseñanza.

Juan Carlos López se siente orgulloso de la excelente respuesta que ha recibido esta novena edición. "Casi hemos doblado el número de participantes con respecto al año anterior", asegura. Y es que estos días el claustro del Seminario de San Atilano alberga un total de 250 belenes presentados al concurso.

Junto a los nacimientos también se exponen muchas tarjetas navideñas, perteneciente todo este material a un total de 32 colegios de la diócesis. Los más participativos han sido los centros Gonzalo de Berceo y Obispo Nieto -en la capital-, junto al colegio Virgen de la Vega de Benavente y Nuestra Señora de la Paz, en Villaralbo.

Junto a ellos, un nacimiento de gran tamaño elaborado en forja por un artista de Cubo del Vino, con una discapacidad física, completa la muestra.

El delegado diocesano de Enseñanza destaca que gran parte de los trabajos se han realizado con materiales reciclados y valora que esta exposición con todos los concursantes sirva también "para ver el trabajo colaborativo de estos alumnos con sus familias, además de poderse así visibilizar el trabajo que se realiza en el aula fuera de los colegios", añade.

López recuerda que Zamora es una provincia "muy arraigada en la tradición belenista" y desde la delegación diocesana de enseñanza pretenden también con este concurso "colaborar a la puesta en valor de esta tradición, frente a otras que minimizan el valor religioso", compara.

La exposición se puede visitar hasta el próximo 11 de enero en el claustro del Seminario de San Atilano, en horario, de lunes a viernes, de 10.00 a 14.00 horas por la mañana y de 17.00 a 20.00 horas por la tarde. Una comisión del seminario será la encargada de hacer de jurado y elegir en la segunda quincena de enero los belenes ganadores. Por un lado, se premiará a un colectivo por el trabajo realizado -algunos colegios han presentado hasta cuarenta nacimientos al concurso- y, por otro, también habrá reconocimiento particular a los participantes más originales. "No se premia solo la calidad, sino también la voluntad de los niños que quieren expresar a través de la plástica el misterio de la Navidad", agradece López.