Unir afición con solidaridad. Esa es la máxima de los participantes en la "papanoelada" que se celebró ayer en la capital. Una iniciativa que comenzó hace tres años un grupo de amigos de las dos ruedas y que, Navidad tras Navidad, ha ido creciendo exponencialmente. Si en la primera edición se sumaron casi setenta personas, el pasado año la cifra superó con creces el centenar y en esta última ocasión las calles de Zamora se llenaron con cerca de 200 motos que llamaron la atención de los viandantes, ya que además de las vistosidad de los vehículos, se hacían notar haciendo sonar sus bocinas.

Esta iniciativa no solo atrajo a aficionados de Zamora capital, sino que este año también se unieron motoristas de Benavente, Villalpando, Toro o Puebla de Sanabria, que dieron la bienvenida también a compañeros de Valladolid.

Todos ellos llevaban las motos repletas de productos que iban a donar al Banco de Alimentos de Zamora, algunos de ellos recogidos entre los vecinos de los pueblos participantes.

Desde auténticas Harley Davison hasta humildes -pero no menos vistosas- Vespinos, todos los modelos de moto tenían cabida en esta singular cabalgata a todo gas. Su denominador común eran el estar adornadas con motivos navideños, desde espumillón hasta cuernos de renos. Y sobre todas ellas, una comitiva de papás y mamás noeles, además de elfos o renos, que se dieron cita en la Plaza Mayor de la capital para iniciar su marcha solidaria.

La comitiva salió pasadas las cuatro y media de la tarde de este lugar para, con la supervisión de agentes de la Policía Municipal, recorrer las principales calles de la capital, pasando por lugares tan céntricos como La Marina o la Plaza de Alemania, hasta llegar a la sede del Banco de Alimentos, donde los voluntarios les esperaban para recoger los donativos en forma de productos.

Tras cumplir con su generoso cometido, todos los motoristas se desplazaron después a reponer fuerzas y celebrar la Navidad al bar La Plaza, en la zona de Los Almendros, donde les tenían preparado unos aperitivos como recompensa a su solidaridad, un año más.