El tramo de la Nacional 122 que discurre entre la capital y Fresno de la Ribera es el tercero más peligroso de la comunidad autónoma y, con mucha diferencia, el que tiene un mayor índice de riesgo de la provincia de Zamora. Así se desprende del Observatorio elaborado por RACE con datos de este año, datos que indican que la zona suma cuatro accidentes graves con otros tantos fallecidos. En la lista de puntos más peligrosos de las carreteras españolas, la llamada "recta de Coreses" ocupa el puesto número 17.

La peligrosidad de la Red de Carreteras del Estado en Castilla y León se ha incrementado en el último año y la comunidad presenta ya 768 kilómetros de tramos de "alto riesgo", 21,2 más que el pasado año, convirtiéndose, por detrás de Aragón (25,9%), en la comunidad con un mayor porcentaje de tramos negros (13,6%), según el último informe EuroRap, en el que se analiza el número de accidentes y víctimas en función de la intensidad del tráfico.

El tramo más peligroso de Castilla y León, que ya es reincidente, se sitúa en la N-234, entre las localidades sorianas de Navaleno y San Leonardo de Yague, donde en los últimos tres años se han contabilizado un fallecido y tres heridos graves. Su índice de peligrosidad, según el estudio del RACE, es de 105,2 puntos. Después se encuentra un tramo de casi 17 kilómetros en la N-627, entre las localidad burgalesa de Llanillo de Valdelucio y Aguilar de Campoo (Palencia), con un fallecido y nueve heridos graves, aunque en este caso el índice de peligrosidad baja a 85,7 puntos.

Datos "alarmantes"

En términos generales y a nivel nacional, el RACE indica que aunque los datos siguen siendo "alarmantes", suponen una gran mejoría con el paso de los años ya que, a pesar de un ligero repunte en el informe de 2019, desde 2009, cuando se inició este estudio, se han reducido los accidentes mortales y graves de 11.404 hasta 4.023.

Una de las malas noticias del informe EuroRAP 2019 vuelven a ser las motocicletas. En esta oleada, más del 25% de accidentes graves registrados corresponden a vehículos de dos ruedas, a pesar de que su porcentaje de uso es muy inferior al de los coches.

Existen ciertos tramos donde se produce una mayor accidentalidad de los usuarios de motos, y en algunos, esta siniestralidad la sufre en exclusiva el colectivo de usuarios de ciclomotor y motocicleta. En estos casos, existen principalmente dos tipos de vías consideradas de mayor riesgo: por un lado, vías de alta capacidad donde existe un alto tráfico de motoristas; por otro, tramos de carreteras convencionales en un entorno de montaña con curvas y cambios de rasante, utilizados por este colectivo especialmente.