La Orquesta Sinfónica de León Odón Alonso ofrecerá este sábado un recital navideño en el Teatro Ramos Carrión.

-¿Cómo surge este primer concierto del colectivo que dirige en Zamora?

-Fue a través de contactos a través de un integrante de la orquesta y el teatro. Vamos a ofrecer un concierto con un repertorio integrado por obras que llevamos tocando en León más de 20 años con gran éxito de público Navidad tras Navidad. Principalmente son obras de la familia Strauss, tanto del padre como del hijo, valses y polkas que salpico con piezas de clásicos universales entremezclado con interacción con el público.

-De sus palabras se desprende que será un concierto atípico.

-Es un recital acorde con las fechas navideñas. Es un concierto muy divertido y educativo porque iré explicando las piezas. Yo siempre interactúo con el público y les hago participar. Es muy ameno para los asistentes, sobre todo para los niños que suben a hacer distintas cosas en el escenario.

-¿Cuál es el secreto para que el programa que ofrecen enganche con el público?

-La interacción y la complicidad con el público. Estos conciertos son una fiesta donde disfrutamos tanto los músicos como los asistentes.

-El concierto contará con la colaboración de Ballet School Ciudad de Zamora. ¿En qué consistirá?

-Van a participar en varias piezas que tocaremos. La orquesta interpretará, las chicas bailarán y sin duda, el público disfrutará. Es una colaboración que solemos hacer en nuestros conciertos de Navidad.

-¿Este tipo de recitales ayudan a generar nuevos públicos en la música clásica?

-Absolutamente porque las obras de Strauss son unas piezas gran valor música, estético y artístico. Es una manera de acceder a la música clásica y a la orquesta que puede ser complicidad. Es un buen puente para saltar la barrera. El público no debe de recelar ante la música clásica, pues se entiende perfectamente, tiene que cerrar los ojos y disfrutar.

-Háblenos del colectivo que dirige.

-Es una orquesta sinfónica mediana que puede abarcar casi cualquier repertorio. Se fundó hace 60 años y yo la dirijo desde hace 25 años, un momento en el que el nivel era más bajo. La juventud ahora está muy preparada, sale una cantera de músicos de buen nivel profesional. La primera condición para forma parte del colectivo es la calidad interpretativa. La edad no es una barrera, prima la calidad porque para tocar en una orquesta sinfónica hay que tener cierto nivel.

-En el tiempo que lleva al frente de la orquesta. ¿Ha notado muchos cambios?

-Cuando empezamos en León, que es donde fundamentalmente hemos tocado, teníamos que actuar en iglesias. La música ha dado un salto inmenso con la construcción del auditorio Ciudad de León donde hemos actuamos en temporada. Las condiciones acústicas de una iglesia no se pueden comparar con una sala de conciertos y por mi experiencia la puesta en marcha de un espacio adecuado para conciertos educa al público. Resido desde hace 30 años en España y toco en la Orquesta de Castilla y León, donde todos mis compañeros de cuerda eran de Europa del Este, como yo que soy rumano, apenas había españoles. Sin embargo, ahora las nuevas incorporaciones el nivel que tenemos es muy bueno entre los jóvenes muchos españoles.

-¿Por qué?

-Mucha gente dice que es debido a los músicos que nos hemos dedicado a tocar y a la docencia. El gran problema que afrontan ahora los jóvenes músicos son las pocas plazas libres que hay en orquesta, ya que tienen cubiertas sus plantillas con gente de mi edad. No obstante, a los músicos que comenzaron a tocar en formaciones en los años 90 nos resta poco tiempo para jubilarnos. El problema es que tienen que esperar ese tiempo y muchos optarán por irse al extranjero.