El pintor Germán Díez Limia expone estos días en la única galería de arte de la ciudad, en Espacio 36-Ángel Almeida. El zamorano, que reside en Salamanca, fiel a su estilo comparte con el público obras realizadas en los últimos cinco años.

Regresa a su Zamora natal siendo fiel a su estilo y únicamente centrándose en la mujer.

Casi siempre pinto mujeres con fondos. En esta muestra es casi exclusivamente de rostros femeninos, salvo un par de referencias masculinas, de hecho hasta barajé titularla "Gineceo" porque quería centrarme en el mundo femenino con toda la iconografía y colores de la gama de morados, malvas y violetas. Se trata de una exposición bastante clásica porque, a fin de cuentas, aunque las figuras están muy estilizadas, llevo a cabo una pintura academicista.

Sus figuras femeninas son muy particulares.

Siempre son muy esbeltas, con el cuello alargado y los ojos muy grandes. Son todos cuadros de estudio donde en ningún momento utilizo la realidad. Pinto todo aquello que me va saliendo y me va surgiendo sobre la marcha. Todo absolutamente es fruto de mi imaginación. Es todo muy personal y onírico.

¿Qué le hace seguir trabajando en el mundo de la mujer?

Me encanta. Automáticamente cuando tengo un lienzo y empiezo con los bocetos para un posible cuadro, lo que me sale es pintar señoras, mujeres y niñas. En su momento también he pintado a la mujer anciana. Sitúo una figura masculina y para mí rompe, aunque se de manera inconsciente, todo el ambiente que quiero recrear. Quizá sea repetitivo, pero es el tema que me gusta pintar.

Usted crea una complicidad entre las protagonistas ¿por qué?

Porque me encanta utilizar la mirada de los personajes que entre ellos existe muchas veces una complicidad. Apuesto porque haya un diálogo sencillo entre los rostros. Me gusta de vez en cuando la figura mire al espectador, que otra lo haga al infinito y otra que mire a otra del cuadro... es un diálogo que no sé si llega siempre al espectador. Ese diálogo de sus miradas lo siento cuando estoy pintado, es una obra totalmente personal.

El colorido de sus cuadros ha variado con respecto a su anterior exposición

He optado por una paleta más amplia e incluso he ampliado las texturas. Son colores más vivos y he utilizado textura hecha con espátula siempre con base al óleo, que es la técnica que yo más posibilidades le saco. En cierta medida en esta exposición hay experimentación relativa dentro de mi pintura academista en el que no rompo con nada. Dentro de mi mundo busco algo nuevo.

Ha mencionado en varias ocasiones su estilo academicista. ¿Se siente cómodo con el término?

Sí, porque es así. En mi pintura se nota que he estudiado Bellas Artes y no me importa porque pinto lo que me gusta.

En algunos de los cuadros realiza un guiño a Zamora.

La incluyo porque es mi tierra y me encanta. Además, es de lo pocos sitios donde expongo. Zamora la veo y la pinto desde Salamanca. La veo en el horizonte, la veo un poco lejos y plasmo en vistas generales. Muchas veces estoy pintando un fondo y de repente, introduzco elementos que recuerdan a Zamora. En mis fondos están presentes el Románico, el Renacimiento o incluso el Barroco porque he bebido en todas estas fuentes. Ya uno lleva sus años y tienes muchas influencias.

¿Qué le mueve a introducir elementos como las lunas con la que rompe la composición?

La luna o los gatos yo los asocio con el mundo femenino al igual que los tonos morados, pero no lo hago en consciente. Al trabajar este tema también pongo en valor a la mujer.

Usted lleva décadas dedicado a la pintura. ¿Cómo ve ahora el mundo del arte que últimamente salta a la actualidad por las polémicas como la suscitada con el plátano en la feria Art Basel de Miami?

Eso no lo considero arte como tal. Desde mi punto de vista pertenece al mundo del mercado y en él hay determinadas licencias, pero eso no tiene nada que ver con la pintura ni con el arte. Es el mercado, nada más.

En su opinión ¿el arte se está mercantilizando?

Sí, es descarado. La idea planteada no es novedosa y si se conoce un poco la trayectoria del artista las obras anteriores no sé si las ha hecho él a título particular o un equipo a sus órdenes.

¿Esa situación beneficia o perjudica a los artistas que trabajan en otras coordinadas?

No creo que sea bueno. El simplemente hecho de llamar la atención con las piezas que se hacen es muy viejo y no tiene sentido. El artista tiene que buscar nuevos cauces quizá con las nuevas tecnologías con las que pueden surgir muchas nuevas manifestaciones.

¿Usted coquetea con las nuevas tecnologías?

Yo en su momento empecé, pero yo soy un pintor del siglo XX y no con las nuevas tecnologías no consigo aquello que logro con las técnicas clásicas que me permiten expresar mi mundo interior, una expresión que a veces sale bien y a veces no o no tanto.