Coincidiendo con el cierre de la Cumbre del Clima que se ha estado celebrando en Madrid, a más de 200 kilómetros de allí también se estaba debatiendo sobre aspectos esenciales para el cuidado del medio ambiente del planeta en la clausura de otro encuentro internacional. Se trataba de la asamblea general del proyecto educativo "Criemun", ideado por el CRIE, donde alumnos 5º y 6º de Primaria de los colegios Miguel de Cervantes de la capital y Los Almendros de La Bóveda de Toro se han convertido esta semana en representantes de países de todo el mundo, emulando a las comisiones de trabajo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Una de las salas nobles del IES Universidad Laboral fue el escenario para la celebración de la asamblea general, donde los participantes -dirigidos por un presidente y escrutados por dos observadores internacionales- debatieron sobre el cambio climático y los problemas derivados del plástico, según el protocolo del modelo MUN, que es el que se utiliza en la ONU.

Con una seriedad propia de los grandes eventos internacionales, los representantes de los 19 países, identificados con sus placas y correspondientes banderas oficiales, fueron tomando la palabra para presentarse y anunciar a qué colectivos defendían cada uno. Desde pescadores hasta empresas de contenedores, pasando por agricultores ecológicos, fábricas de juguetes, empresas de recogida de plásticos, ecologistas, ayuntamientos, familias, transportistas o petroleras.

A cada uno de ellos se le dio el turno de palabra para que se posicionara a favor o en contra del plástico. Así, mientras que los pescadores solicitaban que se redujeran los vertidos de plásticos al mar, los fabricantes de juguetes defendían este material, ya que de ello están hechos la mayoría de sus productos. Las familias solicitaban más contenedores para facilitar el reciclaje y las fábricas temían que esta reducción repercutiera de manera negativa en los empleos de sus trabajadores.

Una vez expuestos todos los argumentos, los participantes se reunieron según sus preferencias para elaborar unos acuerdos que fueron posteriormente votados por todos los países. Las propuestas pasaron por limpiar el plástico de los océanos, reutilizar este material, reducir los productos químicos y los microplásticos o poner contenedores para ayudar al reciclaje.

Por último, tomaron la palabra los observadores internacionales para hacer un detallado análisis de las intervenciones de los representantes, centrándose en el vocabulario utilizado, la vocalización, el respeto con el resto de compañeros o el haber seguido las reglas estipuladas.

Esta asamblea fue el colofón del proyecto educativo del CRIE para este curso, cuyo objetivo principal es mejorar la relación de la convivencia y el valor de las personas, tanto de forma individual como social. "La educación intenta conseguir alumnos autónomos, capaces de defender y promover derechos de un mundo globalizado", defienden sus creadores.

Para ello, los alumnos participantes comparten tres días de convivencia en las instalaciones del CRIE, donde con actividades divertidas e inclusivas los niños aprenden a debatir sobre temas relacionados con el cambio climático, pero con una metodología que les servirá después para poder solucionar posibles conflictos en las aulas. Ellos mismos lo valoraron en su análisis final, confesando que habían perdido la vergüenza de hablar en público y habían aprendido a trabajar en equipo y a escuchar a los compañeros.