Con una dilatada experiencia en la gestión del Centro Zamorano de Buenos Aires, formando parte de su junta directiva, Alfredo Miranda toma las riendas de este colectivo como presidente .

-¿Cómo surge la oportunidad de estrenarse en este cargo?

-Unos meses antes de la asamblea anual, donde se renovaban las autoridades para el periodo 2019-2021, la antigua presidenta, Florencia Calvo, me ofreció el cargo, ya que ella, por su trabajo y familia, no podía cumplir al 100% las obligaciones tanto del Centro como de la Federación de Castilla y León y la Federación Española. Yo ya me había retirado en diciembre de la empresa donde estuve 40 años y con más tiempo libre acepté reemplazarla, pero con la condición de que me acompañe en la comisión. Armamos junto a los otros miembros la nueva directiva para los próximos dos años, incorporando dos personas nuevas, bastante más jóvenes. La idea es involucrarlos en la parte cultural e ir formando directivos para los próximos años.

-Así que la nueva directiva se podrá beneficiar de la experiencia de Florencia Calvo.

-Con Florencia venimos trabajando en la directiva hace una década, es como mi hermana menor; nos conocemos desde hace muchos años y siempre nos hemos apoyado mutuamente en todo. Nuestros padres fueron directivos del Centro y por pedido de su padre, don Avelino, di mis primeros pasos como directivo del Centro. Yo quizás soy un poco más ansioso, pero ella sabe marcar los tiempos de las cosas.

-¿Le servirá su larga experiencia en la junta directiva?

-Tengo casi 45 años de socio en el Centro y más de 15 siendo directivo, hace 12 que soy el secretario, siempre fui más de gestionar administrativamente que de hacer de relaciones públicas, pero hay que empezar en algún momento. Gracias a Dios, conozco bastante la colectividad y tengo muchos amigos que seguro me echaran una mano si en algún momento me las veo difícil. Hace muchos años que estoy también en la Federación de Castilla y León, quienes me han apoyado muchísimo en esta decisión

-¿En qué momento se encuentra el Centro Zamorano de Buenos Aires?

-Estamos relativamente bien, aunque económicamente cuesta bastante mantener el edificio y los gastos que este trae aparejado, tanto en la parte material como en soportar los servicios de luz, agua o gas, que son muy elevados acá en Argentina, sobre todo en los últimos años. No gozamos por el momento de ningún tipo de subsidio estatal ni municipal. Recibimos un subsidio de la Junta de Castilla y León, que nos es muy útil, tanto para el mantenimiento del edificio como para las actividades culturales que el Centro en forma gratuita ofrece. Estamos solicitando anualmente los subsidios al Gobierno de España, el programa Centro en el exterior para la adquisición de mobiliario o mantenimiento de la sede. Los socios emigrantes zamoranos cada vez son más mayores y les cuesta mucho venir a las reuniones y compartir las actividades del Centro, pero seguimos con mucha fuerza y tenacidad. Ya hemos armado en la nueva directiva un grupo de trabajo para llamar a todos aquellos jóvenes que han viajado tanto por la Junta como por la Diputación de Zamora para reunirnos con ellos y ver qué temas les interesan y poder trabajar juntos para seguir manteniendo vivas las raíces zamoranas en Argentina. Es difícil, pero hay que adaptarse a los tiempos. Por suerte, soy muy tecnológico y gracias a las redes sociales que manejamos tratamos de mantenerlos informados y confiamos ir atrayéndolos con el tiempo.

-¿Qué actividades son las que más animan a los asociados?

-Fuera de las reuniones sociales, las actividades del Centro, que este año vamos a incrementar, quizás incorporando el festejo de más fechas típicas zamoranas u otras reuniones más acordes a la actualidad. Ofrecemos en forma gratuita clases de coro, teatro, taller de memoria, tejido y la principal, tenis de mesa. Hoy tenemos entre 190 y 200 socios que practican esta actividad desde los 12 años hasta más de 50. Nunca creíamos que esta actividad pudiera concentrar tanta gente de tan variedad de edades y el entusiasmo con el que lo practican.

-Es un organismo con muchos años a sus espaldas, ¿qué conceptos continúan vigentes?

-Son 97 años ya, desde su fundación en 1923. Tratamos siempre de mantener nuestras raíces, tratando de seguir las costumbres zamoranas, sus danzas, la música y la comida. La verdad es que cuesta, hoy las nuevas generaciones no comprenden mucho la idiosincrasia de nuestros abuelos o bisabuelos, ni la idea de juntarse en un edificio a revivir historias, quieren otras cosas y ahí está la tarea de los directivos de estas casas, atraerlos con otra oferta de actividades.

-¿Cómo es en la actualidad el asociado del Centro Zamorano?

-El socio del Centro Zamorano, como el de la mayoría de este tipo de asociaciones, son personas mayores de 65 años, con muchos hijos o nietos entre los 35 y 50 años. En los últimos años, debido a la actividad de tenis de mesa hemos podido incorporar un grupo de socios más jóvenes y estos son los que tenemos que ir formando para los próximos años.

-¿Cómo son capaces de mantener costumbres y recuerdos después de tantas décadas?

-Yo creo que para aquellos que son emigrantes es mantener siempre un pedacito de su tierra en el corazón con la música, la danza y las costumbres. Para los que no, hijos, nietos o bisnietos, lo llevan en la sangre, es un sentimiento heredado, te gusta o no te gusta, está en cada uno sentir esa atracción por la tierra de tus mayores. Yo creo que depende de la sensibilidad que cada uno tenga.

-¿Qué objetivos se marca para su nueva presidencia?

-Principalmente, seguir la misma política de estos 97 años en cuanto a mantener las raíces zamoranas y castellanas, cuidar a nuestros socios originarios mayores y bregar por la fusión y unión de todas las casas castellanas de Buenos Aires. Soy un convencido de que ya es hora de que todos nuestros centros regionales, que durante muchos años fueron un lugar de encuentro, añoranzas y frente indestructible de "resistencia al olvido" a la tierra que los vio nacer y que tuvieron un gran esplendor, piensen en la idea de la unión y fusión de los centros castellanos-leoneses de Buenos Aires, so pena de que poco a poco lleguen a desaparecer o convertirse en algo que nada tiene que ver con el fin para el que fueron creados. Es imprescindible no perder el tren en los tiempos que se viven en este mundo globalizado para no perder hoy más que nunca de vista a nuestra propia identidad. Es difícil, pero se puede, debemos trabajar para ello.

-¿Los jóvenes son un valor que hay que mimar para que continúen con el proyecto?

-Obviamente, pero hay que ofrecerle algo distinto a lo que llevó a nuestros antepasados a formar estas instituciones. Hoy subís algo en Facebook, envías un tuit y juntas 1.000 personas si les interesa el tema. No convences a gente de 25 o 30 años a juntarse en un edificio a escuchar música zamorana, es la realidad, aunque nos duela. Hace muchos años, mi abuelo, junto con otros fermosellanos en Argentina, ponían todos los meses dinero de sus bolsillos para llevar las aguas a Fermoselle, mi padre llevaba en una libreta todo lo que se iba recaudando. Tenían otra relación de pertenencia o de espíritu solidario con los que habían quedado lejos en la tierra que los vio nacer. Tienes que hacerlos participar en temas que les interesen y de ahí ir llevándolos a que vuelvan a sus raíces. Es difícil, pero está en nosotros lograrlo, ¡para eso somos zamoranos! Tesón y tesón.

-¿Qué le ha supuesto tener el cargo que durante tanto tiempo tuvo su padre?

-Principalmente, su amor por la tierra zamorana, su visión siempre de futuro, su empeño y tenacidad para logar las cosas. Se lleva en la sangre, va a ser muy difícil igualarlo, sobre todo en este contexto social actual. Pero como decimos acá, lo que se mama no se olvida. Tengo fe que basándome en sus principios seguiremos firmes adelante. En agosto viajé a Zamora con parte de mi familia y caminando por Zamora y Fermoselle, su pueblo, recordaba las historias que nos contaba de sus años en aquella casa del arco con sus hermanos, la pasión y el sentimiento te llenaban el alma. Ese es el principal punto, todo lo que uno hace, hacerlo con pasión, eso es lo que me enseñó y lo vamos a lograr.

-¿Se sienten respaldados por las instituciones zamoranas?

-Tenemos un especial agradecimiento a las autoridades de la Diputación, hemos recibido un cariñoso video del nuevo presidente y una carta de Jesús Prada, quien nos ha abierto las puertas para seguir manteniendo esta relación que existe desde hace tantos años. Por último, aprovecho esta oportunidad para enviar un fuerte abrazo a todos los zamoranos del otro lado del charco.