La mala calidad de los espermatozoides o el retraso de la maternidad son algunas de las causas de los problemas de fertilidad de las parejas, muchos de los cuales tienen solución, como la congelación de óvulos que son capaces de "parar el reloj biológico" o los tratamientos de inmunoterapia contra los abortos de repetición. El ginecólogo Luis Alfonso de la Fuente Hernández desciende de Morales del Vino, localidad a la que sigue vinculado, es director médico del Instituto Europeo de Fertilidad de Madrid y espera abrir en Zamora la que será la primera clínica en este campo.

- ¿Cuáles son los problemas que más frecuentemente causan infertilidad?

-Fundamentalmente tres. Por un lado están los problemas de los varones, porque hay un deterioro importante de los espermatozoides. El segundo sería la edad de las mujeres, por muchos factores, entre otros porque la incorporación de la mujer al mercado laboral a pleno rendimiento hace que la gente retrase su maternidad haya más problemas para quedarse embarazada. Y como consecuencia de eso surge un tercer factor, que el porcentaje de abortos es mucho mayor.

-¿Por qué se produce el deterioro de los espermatozoides?

-No se sabe exactamente. Parece que hay condiciones medioambientales que lo favorecen y está documentado claramente que hay un deterioro, de manera que la Organización Mundial de la Salud ha disminuido las cifras de normalidad, porque los varones van teniendo menos espermatozoides, hay menos calidad espermática a lo largo de los años.

-¿Cómo le llegan los pacientes?

-Lo más habitual son parejas heterosexuales. Luego, mujeres que no tienen pareja y a veces parejas homosexuales femeninas, pero esto es lo menos frecuente. Hay un grupo cada vez más importante sobre el que me gustaría hacer mucho hincapié que es el de las mujeres jóvenes menores de 35-37 años que no tienen intención de quedarse embarazadas en un plazo corto de tiempo y que les recomendamos que congelen óvulos para poder parar ese reloj biológico que logre hacer que cuando ellas quieran quedarse embarazadas no lo consigan o tengan problemas. A eso lo llamamos preservación de la fertilidad.

-¿Cómo se enfoca el problema?

-Hay que hacer una historia clínica muy completa porque muchas veces con la historia clínica ya podemos tener una idea de por dónde va la problemática que se plantea. También hay que percibir la idea que ellos tienen sobre lo que quieren hacer, a qué están dispuestos, lo que no aceptarían, porque lógicamente tenemos que respetar las condiciones de cada persona no solo desde el punto de vista médico sino también social, religioso o moral. Siempre y cuando no incurramos en ninguna barbaridad desde el punto de vista médico.

-Tenemos ya la entrevista.

-Entonces orientamos los estudios. Hoy se basan fundamentalmente en el análisis de los espermatozoides, de la reserva ovárica y la valoración de las trompas si es necesario.

-¿Se rechaza a alguien por motivos clínicos?

-No es habitual porque hoy tenemos soluciones para casi todo. Otra cosa es que esas opciones de tratamiento sean válidas para ellos también. Incluso problemas tan serios como alteraciones genéticas que también valoramos cada vez de forma más precoz también tienen solución, un planteamiento terapéutico claro.

-¿Cual suele ser la solución más habitual?

-La técnica que más utilizamos con diferencia es la fecundación in vitro, pero hoy día es hablar de algo bastante genérico, porque se puede acompañar de óvulos donados, de diagnóstico genético embrionario o de donación de semen. Ahí tenemos que adaptarlo a cada circunstancia.

-¿Para que se utiliza la inmunoterapia?

-Uno de los problemas que nos encontramos con frecuencia son los abortos de repetición, mujeres que no tienen problema para quedarse embarazadas pero que esos embarazos no salen adelante. El abanico de causas es amplio, algunos genéticos otros por problemas del útero y otro grupo importante por problemas inmunológicos. El embrión, que tiene una parte ajena a la mujer porque pertenece al varón, es como el trasplante de un órgano, un cuerpo extraño. Las mujeres tienen una serie de factores protectores del embarazo que hace que esos embriones no sean rechazados. Pero a veces hay problemas inmunológicos o antoinmunes y en este tipo de pacientes es más frecuente que se produzca el rechazo y haya un aborto. Lo que hacemos es analizar los factores inmunológicos y tratarlos.