El progreso parece haber tirado la toalla con la provincia de Zamora, a juzgar por los últimos datos sobre cobertura de banda ancha publicados por el Ministerio de Economía y Empresa. Medio centenar de poblaciones en el territorio tienen por imposible conectarse a Internet. No se puede. No hay. No existe. Un lastre que entra en conflicto con la igualdad de oportunidades y de servicios que debe prevalecer independientemente del lugar de residencia. Para ellos, más de 2.000 zamoranos, esa equidad es una quimera y deben conformarse con ser absolutamente dependientes de la cobertura móvil. Y eso, cuando llega, dado que la tecnología 4G rara vez da buena señal y se deben bajar las prestaciones para obtener un buen resultado. Las comarcas de Sayago, Aliste y Sanabria son quienes sufren esta sombra digital.

Si uno de los 130 habitantes de Bermillo de Alba necesitara hacer cualquier tipo de gestión pública por Internet, la solución más rápida pasaría por subir a su vehículo particular y recorrer los 38 kilómetros que separan su localidad de la capital para realizarla presencialmente en la oficina correspondiente. Sin posibilidad de conectarse a una línea fija y con una señal de 4G que apenas llega al 26%, esta localidad es el paradigma de la desconexión que sufre el medio rural zamorano. En la situación de Bermillo se encuentran núcleos de población que superan el centenar de habitantes como Fuente Encalada, Gallegos del Pan, Losacio o Sejas de Aliste, pero también decenas de ellos con menos población, pero los mismos derechos.

Este apagón digital resulta flagrante en municipios como los anteriormente mencionados, pero también es realmente preocupante en prácticamente la mitad de las denominadas entidades singulares de población -que aglutinan a los ayuntamientos y sus pedanías- donde la navegación se produce siempre por debajo de los 10Mbps de velocidad, aunque lo común es que ni tan si quiera se alcance una buena señal para navegar a 2Mbps. En la situación contraria se encuentran los habitantes de Zamora, Benavente y Toro -que concentran parte importante de la población provincial- cuyos habitantes son los únicos que pueden disfrutar en sus hogares de los 30Mbps para la navegación.

Las cifras del "apagón":

- Cerca de cincuenta de poblaciones en la sombra. Los datos del Ministerio de Economía y Empresa revelan que medio centenar de núcleos de la provincia de Zamora tienen por imposible conectarse a cualquier tipo de red fija de Internet. Sus habitantes dependen directamente de la cobertura que llegue por vía móvil y que a menudo no encuentra la señal estable que debería para poder navegar.

- Dos de cada diez habitantes tienen conexiones por debajo de los 10Mbps. La sombra digital afecta a dos de cada diez habitantes de la provincia de Zamora, que son los que sufren conexiones que ni tan si quiera llegan a los umbrales de lo que las organizaciones mundiales consideran “estándar”.

- Solo Zamora, Benavente y Toro alcanzan una velocidad de 30Mbps. Los habitantes de los tres principales núcleos de población de la provincia son los beneficiados de las máximas velocidades alcanzables en el territorio. A menudo que se avanza hacia el alfoz de estas ciudades, la conexión se va perdiendo hasta límites que rozan lo flagrante.

- Dependencia de las conexiones móviles y la quimera del 4G. Los municipios que más sufren la sombra digital son dependientes directos de las conexiones móviles. No obstante, la implantación del 4G continúa siendo una quimera y a menudo la señal llega demasiado débil. Por consiguiente, los ciudadanos tienen que conformarse con otro tipo de tecnologías pese a que esta provincia fue pionera en el despliegue.

- La fibra óptica, misión imposible. El despliegue de la fibra óptica tan solo se ha realizado, por el momento, en las ciudades de Zamora, Benavente y Toro, dejando de lado al resto del territorio de la provincia. Solo Segovia y Ávila tienen un menor porcentaje de población cubierta, según los datos del Ministerio de Economía y Empresa.