El Tercio Viejo de Zamora finalizó la contienda con las picas en alto y la imagen de la Inmaculada Concepción comandando al ejército. No en vano, todos consideraron que su intercesión fue decisiva para helar las aguas del río Mosa y poder así atacar la escuadra enemiga al amanecer del día 8 de diciembre. El denominado "Milagro de Empel" fue uno de los triunfos más extraños de toda la Historia bélica de España y la victoria siempre ha sido atribuida a la intercesión de la Inmaculada Concepción. Ayer, centenares de zamoranos pudieron ver por segundo año consecutivo la recreación de este episodio que dio lugar a la celebración del festivo que se celebra hoy, 8 de diciembre.

A diferencia de ayer, con una playa de Los Pelambres abarrotada de pública, la tercera recreación de Empel ha flojeado debido a la lluvia, protagonista durante toda la mañana.

Ayer, los soldados y las damas vestidas de época se reunían en torno al mediodía en la Plaza Mayor para recibir la bienvenida por parte de la Corporación y participar en un baile cortesano antes de la primera de las recreaciones celebrada en Los Pelambres. (Ver galería de imágenes de la segunda recreación.)

Allí, el enemigo holandés se acercó tanto a la isla de Bommel donde se refugiaba el Tercio de Zamora que acabó pisando tierra, aunque su avance fue repelido por los españoles sacando fuerzas de flaqueza. El contraataque holandés, sin embargo, fue demoledor. Ya en el turno de tarde, los zamoranos vieron cómo la debilidad del Tercio Viejo fue aprovechada por el almirante Filips van Hohenlohe-Neuenstein, que envió un emisario al Maestre de Campo Francisco Arias de Bobadilla proponiéndole una rendición honrosa. Ante la negativa de este último, el enfado holandés fue tal que abrieron los diques río arriba para inundar el campamento enemigo, dejando a los zamoranos refugiados en el montecillo de Empel.

Ver galería de imágenes de la primera recreación