Nacido con la democracia ya en marcha, el alcalde de Toro, Tomás del Bien, considera que estos 40 años han servido para situar a Toro como la ciudad que es. Cree que el municipio tiene futuro porque "la industria cada vez es mayor, en Toro se vive bien y hay alternativa para disfrutar de un proyecto de vida en plenitud".

-¿Qué han supuesto estos 40 años de ayuntamientos democráticos para Toro?

-Ha supuesto lo que a la mayoría de municipios españoles, que ha sido entrar en un total desarrollo social y convertirse en un referente a nivel administrativo y local de cara al ciudadano porque el Ayuntamiento es la administración que más directamente atiende a los ciudadanos. Estos 40 años han supuesto todo. Se ha pasado de ayuntamientos que apenas tenían competencias a que tengan no solo las que marca la ley, sino otras muchas porque administraciones superiores más lejanas no cumplen y es el ayuntamiento el que siempre está pendiente de los problemas de los ciudadanos.

-¿Esa cercanía se nota en la gestión del día a día?

-Sí, porque independientemente de que un ayuntamiento pueda tener competencias o no, el ciudadano lo tiene como el lugar de referencia donde ir a exponer cualquier problema. El Ayuntamiento es donde recibimos la primera noticia de un problema, de una solución o de una propuesta y se empieza a gestionar si es nuestra competencia o no. Los ayuntamientos son la administración más cercana y cuanto más pequeño es el municipio, más cercano es el ayuntamiento. Además, somos la administración que más pronto resuelve los problemas que se nos plantean.

-¿Cómo ha cambiado Toro en estos 40 años?

-En este tiempo ha cambiado todo. Hace 40 años, Toro no tenía las calles asfaltadas, la acometida de agua era deficiente, apenas había servicios públicos y no había ningún tipo de coordinación entre la administración y la sociedad. Todo eso está en marcha y Toro es hoy una ciudad moderna, acorde con el país y la comunidad en los que se encuentra. Esto ha supuesto muchísimo trabajo de todos los grupos políticos, de los diferentes equipos de gobierno que han pasado por el Ayuntamiento y de todas las administraciones supramunicipales que también han tenido que trabajar para desarrollar Toro en estos 40 años.

-¿Cree que ha sido una evolución satisfactoria?

-Si, obviamente el Toro de hace 40 años no tiene nada que ver con el Toro de hoy. Lo único que tenemos es el problema de la despoblación, que no es un problema de Toro sino de toda la comunidad. Desde 1979, ha habido un importante descenso en el número de habitantes. Es un problema en el que tendremos que trabajar todas las administraciones porque ahora mismo la desertificación demográfica de nuestra zona es lo que más nos preocupa.

-¿Cuáles han sido los proyectos que han marcado el devenir de Toro en este tiempo?

-Lo primero han sido los servicios básicos como el alcantarillado y tener servicios públicos culturales y deportivos. Todos ellos hacen un conglomerado importante y son ejemplo de la labor que se ha venido realizando en estos últimos 40 años. Para Toro ha supuesto situarse en el mapa como la ciudad que es hoy. Antes era una pequeña ciudad de interior, de provincias, y hoy es un referente por muchas cuestiones, un referente de sociedad, de vida de calidad, turístico y cultural. Poco a poco vamos concienciándonos de nuestras bondades para poder proyectar a futuro una ciudad mejor.

-En este tiempo han pasado muchos concejales y varios alcaldes por el Ayuntamiento, ¿hay que agradecer esa labor que han realizado?

-Sí, hay que agradecérselo a todos porque si algo tiene esta profesión es que es ingrata y siempre hay gente a favor y gente en contra de lo que se hace. Es necesario reconocer la labor que han hecho todos los alcaldes por su entrega, dedicación y porque algo que es indudable es que el objetivo de todos los que han pasado por el Ayuntamiento y su principal prioridad ha sido mejorar la ciudad para sus vecinos.

-¿Qué retos tiene por delante Toro?

-Sostener la población que tiene y seguir posicionándose como un importante polo industrial, con una industria muy variada, pero sobre todo agroalimentaria y sustentada en el vino, el queso, los embutidos y el sector primario, en definitiva. Otros de los retos es seguir posicionándose como una ciudad de referencia a nivel turístico y cultural, seguir cuidando nuestro patrimonio y haciendo del turismo una industria que genere riqueza y oportunidades para quedarse en esta tierra.

-¿Qué proyectos tienen en marcha desde el Ayuntamiento para conseguir esos objetivos?

-Se está trabajando con varias empresas que van a llegar a Toro en breve para seguir asentando tejido industrial. Se sigue trabajando mucho con el sector vitivinícola para que la Denominación de Origen Toro siga creciendo y también se trabaja en proyectos culturales, turísticos y de renovación. Queremos ofertar una alternativa cultural y de ocio de calidad para que la gente no se vea obligada a coger el coche e irse de Toro para disfrutar de un concierto o de una exposición. Nuestro objetivo es trabajar para que la oferta sea variada, de calidad y la gente pueda desarrollar su vida en plenitud en la ciudad, sin necesitar, menos en casos puntuales, ir a otros lugares.

-¿Qué le parece el proyecto de Monte la Reina?

-Es uno de los proyectos más esperanzadores no solo para Toro, sino para la provincia. Es un tema en el que la ciudadanía de Toro lleva luchando mucho tiempo para que no se subastara y se vendiera. Ahora por fin parece que hay un consenso político de todas las fuerzas para que sea una oportunidad de desarrollo de nuestra ciudad. Vemos este proyecto con mucha esperanza, con cautela y esperando a que se forme gobierno para poder ponerlo en marcha y que el Gobierno central invierta en la ciudad y en la provincia lo que durante tantos años no ha invertido y ha ido a otras regiones de España.