Alcalde de Zamora desde 2015, Francisco Guarido ha formado parte de las diferentes corporaciones municipales desde 1999. Cree que en estos 40 años Zamora ha cambiado para bien.

-¿Qué han supuesto estos 40 años de ayuntamientos democráticos?

-Han supuesto que la gente tenga más servicios en la calle porque los ayuntamientos son prestadores de servicios sean de la ideología que sean, y que las ciudades hayan cambiado a mejor, con más comodidad para los ciudadanos, mejor movilidad y sobre todo también la creación de puestos de trabajo. Han servido para que la gente se implique en sus gobiernos porque los ayuntamientos son instituciones cercanas y a pie de calle. Eso hace que la participación y la comprensión de la política sea un factor fundamental en estos 40 años para que llegue a la gente de la calle.

-¿Hay que agradecer la labor de los concejales y alcaldes que ha habido?

-Los alcaldes son los primeros espadas de las instituciones, los que más trabajan, más dedicación y problemas tienen y probablemente también más ingratitudes porque siempre que alguien tiene un problema donde primero va es al Ayuntamiento. Hay que dar las gracias a los alcaldes porque creo que se trabaja aceptablemente bien en los ayuntamientos, con mucho altruismo, con mucha vocación y con ganas de ayudar a la gente que te rodea. Tiene la ventaja de que ves los resultados a pie de calle y eso también es bueno porque no trabajas solo sobre teorías y sobre papeles o proyectos, sino que trabajas sobre realidades que puedes observar cuando sales a la calle.

-¿La evolución de Zamora ha sido buena?

-Ha sido buena en general. En Zamora ha gobernado el PP, el PSOE e IU y creo que todos hacemos lo posible y lo imposible por nuestra ciudad. La ciudad ha cambiado en estos 40 años, entre otras cosas porque han sido años de proyección de fondos europeos, la configuración de la ciudad ha cambiado, se ha hecho más peatonal y se ha expandido bastante hacia el este, quizá con algunos planes de urbanismo poco meditados porque nos han dejado colgadas muchas parcelas en el medio que hacen que se deshilache un poco la ciudad. En general, creo que se ha cambiado para bien.

-¿Cuáles han sido los proyectos que más han marcado el devenir de la ciudad?

-Es importante el tema de las infraestructuras viarias, ya que las autovías han sido importantes para Zamora, pero he echado de menos la infraestructura ferroviaria en lo que tiene que ver con la Ruta de la Plata y que no se haya potenciado. Creo que se ha dado gran importancia a las infraestructuras culturales, que a su vez han potenciado mucho el turismo y lo estamos haciendo en estos momentos. También es importante el intento que ha habido de recuperación de la muralla a partir de los años 80, que al principio fue muy lento y nosotros lo estamos haciendo con mayor velocidad en estos últimos años. Ha habido un decaimiento del comercio minorista, pero esa situación es imparable en todas las ciudades donde las multinacionales de los sectores se están comiendo al pequeño. Ahí tiene que haber más una política de Estado que una política que se pueda hacer desde los ayuntamientos. Además, hay que darle mucha importancia al empleo. Nosotros siempre nos volcamos en ello y en colaboración con la Junta de Castilla y Léon se está contratando a cien personas todos los años en el Ayuntamiento.

-Además de actividad comercial, ¿se han perdido más cosas en Zamora en estas cuatro décadas?

-Se han perdido grandes cosas que no se han sabido sustituir por otras y ahí está el problema. Se ha perdido todo el tema del Cuartel, que fue de lo que mejor se ha reconvertido al hacerse un Campus Universitario por la lucha ciudadana, lo que fue muy positivo. Sin embargo, se han perdido grandes empresas públicas. El problema de Zamora es que no ha tenido una política de sustitución para que la ciudad pudiera haber conservado el empleo y las empresas, que sobre todo eran empresas públicas que potenciaban la actividad comercial. Como hemos vivido uno de los periodos de privatizaciones más fuertes en España a partir de los años 80, en Zamora hemos sustituido lo público por la nada.

-¿Han cambiado los ayuntamientos?

-Los ayuntamientos están cambiando mucho y nosotros también lo hemos empezado a hacer desde que llegamos en 2015 con el tema de la participación ciudadana. Tenemos unos presupuestos participativos y damos opción a que la gente vote proyectos pequeños para su barrio por valor de 400.000 euros en cada presupuesto. Creo que está dando resultado y que en el futuro va a haber más implicación de los ciudadanos con su ayuntamiento y con el presupuesto, que al final es el presupuesto de los ciudadanos. Es verdad que tenemos más competencias y el dinero es escaso, pero se abre un frente de posible participación de la gente que hay que incentivar y motivar más y que es muy atractivo.

-¿Qué retos tiene Zamora?

-En estos cuatro años vamos a entrar en lo que le hacía falta a la ciudad, que es terminar las infraestructuras públicas que se habían proyectado hace años, pero que no se han podido hacer y las vamos a terminar. Son el Parque de Bomberos, cuyo proyecto ya tenemos entregado; el Mercado de Abastos, cuyo proyecto está a punto de licitarse, y vamos a colaborar en el Museo de Semana Santa, que creo que va a ser una realidad en estos tres años y medio y va a potenciar muchísimo el turismo. Además, vamos a lograr despejar la muralla en toda la avenida de la Feria y se ha publicado ya la licitación del proyecto del Centro Cívico, una infraestructura pública, cultural y social de 4 millones de euros que va a ser muy importante para la ciudad. Con la terminación del matadero, vamos a completar un panorama de infraestructuras públicas que estaban proyectadas desde la época del PP, pero que nosotros vamos a ser capaces de darles el colofón.