"La realidad de la violencia de género en Zamora" fue el título de la mesa redonda organizada por el Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA en el paraninfo del Colegio Universitario para poner negro sobre blanco en relación a una realidad que -todos los expertos participantes coincidieron en ello- cada vez está menos oculta, por lo que es más conocida y se puede luchar de una manera más efectiva sobre ella. Además, según se confirmó en la cita de ayer, dirigida por Carmen Ferreras, los organismos han conseguido con el paso de los años tener una cohesión más sólida, lo que redunda en un mejor servicio a la víctima de violencia de género.

Desde la Unidad de Violencia Contra la Mujer en la Subdelegación del Gobierno, su jefa, María Dolores Vicente García, confirma esta unión de diferentes departamentos. "Cuando se trata estos temas, no existe el color político", recalca, en relación con se trata de un problema en el que participan tanto Subdelegación como Ayuntamiento o Diputación Provincial.

Además, a lo largo de sus cerca de ocho años de experiencia en este puesto, asegura que se ha notado un gran cambio en la forma en la que la sociedad ve este problema. "Al principio, cuando organizábamos charlas en las zonas rurales, apenas iban cuatro o cinco personas, pensando en qué iban a decir de ellas si las veían allí. Ahora es algo que se habla con naturalidad y se acude para buscar información o para explicar algún caso que conocen, con la intención de ayudar a quien lo necesite. Ya no es tanto un problema de puertas para dentro", agradece.

La Comisaría de Zamora también tiene mucho que aportar sobre este drama, ya que cuenta con la Unidad de Familia y Mujer (UFAM). Su responsable desde 2016, Ángel Luis del Barrio Madruga, también destaca la colaboración necesaria de este servicio con otras administraciones, como los ceas o la propia Junta de Castilla y León y aboga por la información. "Se trata de un delito muy íntimo y es muy difícil que una mujer por si sola acuda a la comisaría en un primer momento para poner una denuncia, salvo que se trate de una llamada de emergencia al 112", reconoce.

Aun así, aseguro que la evolución del reconocimiento de este problema social ha sido muy positiva en el sentido de que simplemente hayan aumentado las denuncias. "Eso significa que, en cierto sentido, se ha perdido el miedo al declarar, a los estereotipos. Al tener más información se está perdiendo el temor a preguntarse qué va a pasar después si se da el paso", argumenta.

El agente reconoce que todavía queda mucho por hacer en este tipo de delitos, pero subraya que la protección a la mujer se ha mejorado visiblemente desde que España ratificó el Convenio de Estambul, un acuerdo del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra la mujer y la violencia doméstica.

Y es que para los policías la protección es un tema "prioritario" desde que la mujer cruza la puerta de la comisaría. "Le informamos de sus derechos, le atendemos en su situación de una forma lo más personalizada posible y durante la toma de la denuncia optamos por respetar el relato libre, que se tome su tiempo, porque es complicado contar cómo se siente", entiende.

Poniendo en marcha las dos áreas de la UFAM -la de investigación y la de protección-, los agentes asignan a la víctima tras la denuncia un policía para que esté "en contacto continuo" con ella las 24 horas. "Es muy importante que le ponga cara a quien la protege", añade.

Una de las personas que más directamente trata con estas víctimas es Silvia Casaseca, psicóloga de la Oficina de Atención a las Víctimas de Delitos en los juzgados. "Su estado emocional es muy delicado, suelen tener síntomas depresivos, de ansiedad y de mucho miedo por lo que pueda pasarles", describe. Además, añade que se sienten incluso culpables de haber llegado a esa situación. "Eso es lo que los maltratadores han buscado hacerlas sentir durante todo ese tiempo, que son responsables incluso de sus conductas agresivas", añade.

Casaseca explica que estas mujeres han pasado por un largo proceso "de desvalorizaciones continuas y de abusos psicológicos, lo que les lleva a tener una autoestima muy baja y no se sienten fuertes para dar el paso de denunciar". Pero que hay que encontrar esa energía necesaria para huir de su maltratador. "Tras la denuncia, todo el proceso posterior es muy complicado, pero tienen que pensar que aunque vaya a ser duro, no lo será más que lo llevan viviendo desde hace tiempo", anima.

Álvaro López, socio del despacho López Espina e incorporado al turno de oficio, entre otros al específico de violencia de género se ocupó en su ponencia sobre el papel del abogado en los casos de violencia de género y la evolución que han tenido en el último año.

La actuación del abogado, dijo, "consiste en asistir a la víctima, defenderla y informarle de toda la situación legal que le corresponde". Como en otros casos las mujeres afectadas pueden recurrir al derecho a la justicia gratuita en el caso de que sus ingresos les permitan encuadrarse en esta modalidad. Sin embargo, una característica particular de los casos de violencia de género "es que los hechos se juzgan en el lugar del domicilio de la víctima, frente a otros casos de sucesos penales, que se juzgan en el lugar donde suceden".

A falta de cerrar los datos del año completo, la impresión de Álvaro López es que el número de casos se mantiene en cifras similares. "Es una lacra que hay que contrarrestar y actuar más. Es cierto que se están poniendo los medios, pero no suficientes", indicó.