"Si no actuamos, somos cómplices necesarios de esta barbarie". Fueron las palabras de Inmaculada Andrés, madre de Leticia Rosino, la joven asesinada en Castrogonzalo, que pedía a gritos "penas más duras" para impedir que las muertes enmarcadas en el ámbito de la violencia de género "salgan tan baratas a sus autores". Así se expresaba la zamorana durante el acto convocado por la Fundación Leticia Rosino en La Marina que congregó a unas 200 personas, entre las que abundaban escolares y jóvenes.

Durante el acto, presentado por el tío de Leticia Rosino, Santiago Andrés, se dio lectura a varios textos de escolares de Zamora que servirán para editar un libro contra la violencia de género. Así, se dio lectura a un relato de Beatriz Ramos, del instituto Los Valles, de Benavente, en el que llamaba a la juventud a reaccionar ante esta lacra. Le siguió en el turno de palabra David San José, un amigo de Leticia Rosino que pronunció un durísimo alegato contra la inacción de los políticos para lograr un endurecimiento de las penas. Y debía concluir Emilio Merchán, aunque el piragüista no pudo llegar a tiempo y su relato lo leyó Jessica Antón.

El acto culminó con la suelta de globos morados como símbolo de apoyo a las víctimas y un minuto de silencio. "Que nuestra voz no se apague como se ha apagado la de las víctimas". Los globos incluían una foto de Leticia Rosino con la leyenda "no más dolor, menos muertas más castigo" y un dibujo de la también zamorana asesinada Laura Luelmo.