La ganadera de ovino María Ángeles González, que vive en Luelmo de Sayago, ha recibido el premio eWoman 2019 a la Mujer Rural.

Tras la muerte repentina de su marido, se hizo cargo de la explotación familiar de ovino que tenían y sacó adelante a sus tres hijos.

Aunque los inicios no fueron fáciles y ha vivido momentos duros, ha conseguido hacer de la ganadería de ovino su forma de vida y también la de dos de sus hijos con los que gestiona la explotación Hermanos De Pedro González. En estos momentos, tienen 1.200 ovejas de raza Assaf y se dedican al ovino de leche.

-Ha recibido el premio a la Mujer Rural, ¿qué supone este reconocimiento?

-Es importante para mí porque se reconoce a la mujer que trabaja en el campo y ya es hora de que se reconozca un poco el trabajo que hacemos. Me lo han dado a mí, pero se lo podían haber dado a muchas mujeres que trabajan en el campo, sobre todo en la comarca de Sayago, donde hay muchas mujeres que trabajan en el sector.

-¿Qué le pareció la jornada eWoman?

-Me gustó mucho. Fue muy entretenida, el evento se me hizo muy ameno y pasamos una mañana agradable.

-La jornada reconoció el talento femenino y el éxito de las mujeres, ¿cree que es importante?

-Por supuesto, hoy en día casi estamos batallando para que se nos reconozca como lo que somos, mujeres trabajadoras como el hombre y que tiramos para arriba. Me parece fenomenal.

-¿Cuándo se hizo cargo de la explotación de ovino familiar?

-Me hice cargo en 1997, cuando mi marido falleció. Él tenía una gran ilusión por tirar para arriba y yo me hice cargo de ella. No sé ni como lo hice.

-¿Antes no se había dedicado a la ganadería?

-No, alguna vez iba con él, pero no me dedicaba a la ganadería. Hice simplemente lo que vi hacer y es lo que me impulsó a tirar para arriba, con la ayuda de mi suegro, que me ayudó mucho a entender a los animales.

-¿Fueron duros aquellos inicios?

-Sí, fueron duros porque mis hijos eran muy pequeños.

-¿Es difícil mantenerse en el medio rural?

-La verdad es que sí. Al principio fue bastante duro tirar y salir adelante con una explotación y con tres niños. Tenía que levantarme por la mañana muy temprano, llevar a los niños al colegio y después empezar a trabajar. Venían y tenía que tener la comida hecha y fue muy duro porque tenía que hacerme cargo de todo.

-Ahora gestiona la explotación familiar de ovino junto a sus dos hijos mayores...

-Sí, decidieron quedarse en la explotación y tienen mucha ilusión por seguir prosperando y hacer una explotación más moderna.

-Ha habido una crisis importante de precios en el ovino y ahora parece que esos precios repuntan, ¿cómo está la situación en el sector y cómo lo viven los ganaderos?

-El sector del ovino está muy mal. Los precios están muy mal porque el cordero no vale nada y el precio de la leche ha subido un poquito, pero no sé cuánto tiempo se mantendrá. En cambio, la materia prima ha subido tanto que el dinero que sacas casi es para dar de comer a los animales. Como no baje el precio del alimento de los animales, no hay beneficio ninguno, y si la situación no cambia, la mayoría de los ganaderos se irán a pique porque cuesta mucho mantener a los animales y trabajar una explotación ganadera.

-¿Cree que el sector necesitaría más ayuda?

-Sí, la Administración tendría que mirar más por el ganadero en cuestión de poner precios y dar más salida y ayudas a los jóvenes agricultores y ganaderos porque a lo mejor hay jóvenes que han querido quedarse en los pueblos y no han podido debido a que no hay ayudas. Mis hijos se han quedado en la explotación porque tenían casi todo montado, sino hoy día los jóvenes no pueden asumir toda esa inversión. Hoy en día empezar de cero en el campo es imposible.

-En su caso tiene garantizado el relevo generacional en la explotación, ¿qué supone para usted que sus hijos continúen con la ganadería?

-Por un lado, no me hubiera gustado que se hubieran quedado aquí, pero por otra parte me encanta que se queden en el mundo rural porque tienen su trabajo, su vida y tienen una vida normal, es un trabajo como otro cualquiera. Estoy encantada y su padre estaría orgulloso de ellos también.

-¿El trabajo de la mujer en el campo no ha sido reconocido?

-El trabajo de la mujer en el campo ha estado muy poco reconocido. Cuando llegué a Sayago, vi que la mujer trabajaba casi más que el hombre y terminaba de hacer sus tareas en el campo y se marchaba a casa para seguir trabajando. Yo al principio lo pasé mal porque era muy duro.

-¿Animaría a otras mujeres a dedicarse a la agricultura y la ganadería?

-Sí. Es un mundo duro y sacrificado, pero depende también de como lo quieras llevar. Yo termino de trabajar y me vengo a mi casa y cojo mis fines de semana o días libres, igual que mis hijos. Es un trabajo como otro cualquiera y animo a que haya más mujeres en el campo y sobre todo, que haya más ayudas tanto para mujeres como para jóvenes.