Las mujeres víctimas de violencia machista en el medio rural se ven envueltas, en muchas ocasiones, en contextos de "dependencia económica y afectiva" generados por su maltratador, y sufren actitudes de "control y dominación". Esta circunstancia las deja desamparadas y las sume, en muchos casos, "en el silencio". Así lo explicó este lunes la presidenta de la Asociación Zamorana contra la Violencia (Azavi), Mila Rueda, que compareció en la Diputación Provincial para presentar el desfile anual que organiza su colectivo, y que se celebrará el 22 de noviembre en la Encarnación.

La responsable de Azavi habló de "subordinación" y de un problema "sumergido" que afecta a un número importante de mujeres. Según las últimas estadísticas facilitadas por la Subdelegación del Gobierno, las denuncias por violencia machista o de tipo sexual en el medio rural aumentaron en el primer semestre del año, una circunstancia que puede deberse a un repunte de estos delitos o al buen funcionamiento de la "pedagogía" para que las víctimas denuncien los hechos.

Según Mila Rueda, el miedo a poner estas situaciones en conocimiento de la Guardia Civil tiene que ver también con "la dispersión y el aislamiento" que sufren estas mujeres en una provincia en la que, en muchos casos, el círculo cercano es reducido y aparece, por tanto, el temor de la víctima a verse estigmatizada: "El número de casos es cuatro veces superior en los municipios de menos de 10.000 habitantes que en las ciudades", alertó la presidenta de Azavi.

Por ello, Mila Rueda abogó por "ser especialmente sensibles" con estos casos e incidir también en lo que ocurre con las mujeres mayores de 65 años que padecen la violencia machista: "Es una edad especialmente invisibilizada", subrayó la representante de la asociación, que implicó a toda la sociedad en el "papel de prevención y detección".

A pesar de ello, la responsable de Azavi reconoció que "la sensibilización es difícil" por la "sumisión absoluta" que viven algunas víctimas y "el pánico y el miedo" que les produce pensar en lo que vendrá a continuación: "Son pueblos muy pequeños, en los que todo el mundo se conoce", advirtió Rueda, que abogó por implicar a más profesionales y por insistir en "la ayuda psicológica".

La presidenta de Azavi explicó que, desde su asociación, ofrecen "recursos y herramientas" que han tenido muy buena acogida desde el inicio del camino de este colectivo, que comenzó su actividad en el año 2014: "Pedimos más profesionales porque tenemos que acercarnos más a las víctimas en un medio rural que es muy grande", remarcó Mila Rueda, que enfatizó la importancia de luchar contra "ese miedo de que el problema salga a la luz".

Por otro lado, y más allá de las terapias novedosas que Azavi está poniendo en marcha para tratar de resolver el mayor número de casos posibles, Rueda alertó de una realidad que lleva un tiempo constatándose a través de diferentes estudios y también de los casos reales que salen a la luz: "Hay un repunte de las conductas machistas entre los adolescentes", advirtió la representante de la asociación, que citó "el ciberacoso en redes" y las "relaciones tóxicas" como aspectos a abordar de manera inmediata. "Ya estamos llevando a cabo talleres desde la Educación Secundaria", anunció Mila Rueda, consciente de que es preciso atajar el problema desde la base.