Arquitecto y fundador del Estudio Milla, Mira y Navarro Arquitectos, Miguel Ángel Mira Illana es presidente de la Asociación Jubilares, que se creó en 2012 con el objetivo de normalizar la inclusión social de las personas mayores con el respeto y la promoción de la autonomía personal como principales valores.

La instauración de las cooperativas de mayores, también llamadas senior cohousing o jubilares es la principal línea de actuación de la asociación.

Miguel Ángel Mira es uno de los participantes en la jornada "Esperanza Longeva: Mayores Independientes", que se celebrará el próximo 26 de noviembre y que está organizada por LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA con el patrocinio de la Junta de Castilla y León.

Mira Illana hablará en su intervención sobre soledad y convivencia en personas mayores y sobre un fenómeno creciente que es que los mayores no quieren encontrarse en una situación de soledad no deseada.

-¿Qué puede hacerse contra esa soledad no deseada en los mayores?

-Además de muchas actividades que hay de ejercicio activo, muchas personas mayores optan por intentar formar una comunidad para vivir juntos, que son las comunidades que ahora se conocen como cohousing o senior cohousing.

-¿Cuál es el proceso para crearlas?

-Estas comunidades son bastante complicadas de formalizar porque llevan un proceso largo y más o menos complejo, sobre todo porque lo que interesa es cómo se cuidan las relaciones y cómo son los sistemas de gobernanza, de autogestión y de resolver conflictos, que es donde estas comunidades tienen más problemas. A continuación viene una cuestión puramente inmobiliaria, que es comprar un suelo y hacerse una casa, pero estos son instrumentos para algo más importante para ellos que es formar una comunidad.

-¿Qué papel juega la Asociación Jubilares en la creación de estas comunidades?

-Lo que hacemos es acompañarlas porque son procesos que tienen que venir de abajo a arriba. Tienen que empezar con un grupo de personas que quieran hacerlo. Cuando hay un grupo de personas suficiente que quiere hacerlo, con entre seis u ocho unidades residenciales, comenzamos a ayudarles en el proceso, pero primero tiene que haber un núcleo que empiece.

-¿Por qué fundó la Asociación Jubilares y cuáles son sus objetivos?

-Fundamos la Asociación Jubilares un grupo de arquitectos después de que en el año 2009 ganamos un concurso para hacer una residencia geriátrica. Investigando sobre esta materia, vimos que esas instalaciones ya no se hacían en ningún sitio en nuestro entorno europeo y que se necesitaban otras cosas. Nos pusimos a investigar qué arquitecturas había para los mayores y descubrimos que en realidad no era un problema de arquitectura, sino que era un problema de crear comunidad. Los mayores en primer lugar quieren quedarse en su casa y esa es su prioridad, por lo tanto si se mudan a un sitio, tiene también que ser su casa. En segundo lugar, cuando se mudan a un sitio no puede ser una institución y para que no sea una institución tiene que ser un sitio que haya sido diseñado por ellos, que sea autogestionado por ellos y necesitan un modelo para poder organizar las situaciones de dependencia. Esto último fue también algo que nos inclinó a hacer una asociación de este tipo porque al principio todas las referencias que encontrábamos en materia de asistencia eran las tradicionales de una residencia. Después encontramos el modelo de atención integral centrado en la persona, que es un modelo que fomenta en España la Fundación Pilares. Al descubrir este planteamiento, vimos que eso era compatible con las comunidades autogestionadas y lo que hicimos fue unir el concepto de comunidades colaborativas, autogestionadas, que es un concepto internacional que se llama cohousing, con el modelo de atención centrada en la persona, que también es un modelo internacional. Estos dos modelos juntos es lo que hacen un jubilar, que es un senior cohousing o un cohousing de mayores con un modelo de atención integral centrado en la persona.

-¿Con qué cuenta un jubilar?

-El espacio físico es un edificio que viene a tener entre 2.000 y 3.000 metros cuadrados, dependiendo de como sean de grandes las comunidades. Los expertos recomiendan que no sean de menos de quince unidades residenciales y con entre quince y treinta como máximo. Esta cuestión del tamaño tiene que ver con poder mantener bien una relación de convivencia basada sobre todo en el consenso.

-¿Además tienen zonas comunes?

-Sí, lo mínimo de zonas comunes que tienen siempre es una cocina y un comedor, que es el corazón del sitio, donde hacen sus comidas y pasan buena parte del día. También suelen tener otras zonas comunes como una zona de estar y habitaciones de invitados, aunque depende de cada grupo y de lo que les apetezca tener. Las zonas comunes pueden llegar a alcanzar un 40% de la superficie.

-¿Hay proyectos de este tipo puestos en marcha en España?

-De nuestro modelo ahora mismo tenemos tres iniciativas en marcha, pero no están construidas todavía. Una está en Torrelodones, que se llama Jubilar VillaRosita. En estos momentos están diseñando las casas. Otra iniciativa está en Sevilla y son dos jubilares juntos. Se llama Abante Jubilar Sevilla y empezarán a hacer el diseño de las casas a principios de año. Otro es Cohabita Rivas, que ha sido un proyecto iniciado desde el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid, pero con un modelo también de abajo a arriba. Este último está en proceso de formación y es el único proyecto impulsado desde una administración. Además, hay algunas iniciativas incipientes en Valencia y Galicia y también hay muchas otras que no trabajan con nuestra asociación, sino que buscan a otros asesores o en principio intentan ellos por su cuenta iniciar el proceso sin asesoramiento porque piensan que lo van a poder hacer todo ellos.

-¿Podría implantarse este modelo en Zamora y en Castilla y León?

-Sí. Ahora mismo en Castilla y León hay un grupo en Valladolid que estaba interesado. Se necesita que haya una masa crítica de gente que esté un poco en esta idea y ahora mismo es bastante minoritario. Sigue siendo una opción muy minoritaria todavía porque dependiendo del tamaño de las ciudades, la gente no tiene la percepción de que vaya a quedarse solo si tiene dependencia. Las personas mayores en una ciudad como Zamora no tienen que hacer nada especial para tener una vida social plena porque bajan a la calle y se encuentran con los amigos. El problema es que aparece la dependencia y las personas se quedan en su casa y ya dejan de ver a los amigos, pero esta idea las personas todavía no la visualizan. Quien la visualiza es porque ha tenido algún problema familiar o un hecho desencadenante que le ha hecho pensar que no quiere verse en esa situación de soledad no deseada. La gente se inicia más en estos proyectos para evitar esa situación, pero la persona tiene que haberlo visto u oído para pensar que cuando aparece la dependencia, vas a quedarte metido en tu casa y va a desaparecer tu vida social. Cuando vives en un sitio de cohousing senior, no tienes por qué renunciar a tu vida social aunque tengas una situación de dependencia porque además has hecho esto con tus amigos.

-¿Sigue siendo una opción minoritaria?

-Sí, sigue siendo una opción minoritaria y vinculada a pensar que no te quieres ver en esa situación. Esto en las ciudades grandes lo aprecian más porque hay mucha más gente, pero a lo mejor hay mucha soledad porque una persona mayor puede vivir lejos de sus amigos.