"Al principio, hasta que te adaptas, pasas un poco de apuro, pero una vez que te acostumbras todo va fenomenal, puedes hacer una vida completamente normal. Yo llevo cuatro años y muy bien". Es Ángel Lozano, que se acercó con su mujer, Charo López a la inauguración de la exposición itinerante "Héroes y heroinas" en el vestíbulo del hospital Virgen de la Concha, con testimonios reales de pacientes que viven con la bolsa de ostomía.

La muestra recoge las historias de superación de 14 personas que conviven o han convivido en un momento de sus vidas con una ostomía. Y también muestran la otra cara, la de las enfermeras estomaterapeutas, que forman también parte de sus vidas desde las consultas de ostomía, representadas por la zamorana Milagros González Calles.

Esta acción se enmarca dentro del proyecto Humanización impulsado por Hollister a través de Gesto (Grupo de Estomaterapeutas) con la finalidad de dar visibilidad a los pacientes ostomizados y a las enfermeras expertas en estomaterapia.

Se trata de un proyecto especial en el que se ha trabajado con enfermeras estomaterapeutas de todos los hospitales de España para buscar, entre todos, historias diferentes, que reflejen la realidad de la ostomía. Las emociones que sienten las personas, los miedos y las formas de superarlo. El Área de Salud de Zamora tiene una amplia trayectoria en el cuidado de estos pacientes. En el 2015 se inició una consulta específica situada en el Hospital Virgen de la Concha gestionada por una enfermera experta en ostomía, Milagros González Calles. Esta enfermera es la referente para todos los pacientes, cuidadores y profesionales de todo el Área de Salud.

La atención especializada de la ostomía comienza antes de la intervención quirúrgica, continua durante la hospitalización, al alta y durante toda la vida del paciente ostomizado. El objetivo es asegurar una atención integral y la continuidad de los cuidados.

"Sobre todo juega un papel muy importante en todos estos pacientes la piel, hay que cuidarla mucho para que el paciente no sufra", explica Milagros González: "Este paciente necesita mucha ayuda". En torno a 168 pacientes son usuarios de la consulta especializada, atendida por dos enfermeras especializadas.

Charo ha vivido junto a Ángel todo el proceso de una dura enfermedad, "pasó por 14 operaciones" y es consciente de que, en un principio, "estaba demasiado encima, yo le cambiaba, le curaba, le hacía el tacto" hasta que se dio cuenta de que su marido podía desenvolverse perfectamente por si mismo. "Es un drama que hay que vivir, pero hay un periodo de adaptación. Y se aprende a vivir. Se vive, salimos, viajamos, vamos al baile, no te limita para nada".

"Hay gente con bolsa que lo lleva muy mal", reconoce Ángel, "yo les explico que se tienen que mentalizar que es para toda la vida". Hay pacientes que tienen posibilidades de pasar de nuevo por el quirófano para una reconstrucción, aunque no siempre es posible.

A Manuel Montaña, de Villardiegua, le sucedió. Estuvo un año con bolsa, le operaron y 16 años después ha tenido que volver a ella. "Esta vez lo estoy llevando algo peor", si bien ante otros problemas de salud más graves "de la bolsa ni me preocupo".