La recreación del asalto a la Kommandatur cerró este domingo un fin de semana en el que Zamora volvió a ser Stalingrado. Los trajes de época y la representación de algunas de las batallas más míticas de la II Guerra Mundial atrajeron a numeroso público a la ribera del Duero. Los asistentes desafiaron al frío para disfrutar de un espectáculo que regresó por segundo año consecutivo, pero con algunos cambios para hacer más atractiva la iniciativa para los lugareños.

Más allá de la representación, la feria y los campamentos también permanecieron abiertos para que los zamoranos y los turistas pudieran conocer más sobre los trajes y la maquinaria de la época. Además, a última hora de la mañana, se llevó a cabo la entrega de premios de los concursos de uniformes.