"Claudio sigue vivo, su obra sigue abierta y suscita un gran interés". Esta es una de las conclusiones a la que llega el comité organizador de las jornadas sobre Claudio Rodríguez, cuya octava edición ha acogido esta semana la Biblioteca Pública del Estado.

En este sentido, uno de los integrantes de este equipo, el escritor Tomás Sánchez Santiago, destacó la especial importancia que habían tenido en esta edición la presencia de jóvenes escritores. "Ellos han traido sus textos y han hecho reconocer que el discurso de Claudio es recogido por generaciones más jóvenes que ven su obra de otra manera y nos la ofrecen", agradeció.

Haciendo memoria, en los 16 años que se llevan celebrando estas jornadas -de carácter bienal- ha ocurrido de una manera natural "la desaparición de testigos directos de Claudio. Ahora ya solo conocemos al poeta por sus poemas, la contaminación maravillosa de quienes tuvimos la suerte de conocerlo como persona ha desaparecido y ahora su obra tiene que defender sola y realmente se consigue", afirmó.

La obra "Casi una leyenda" fue el motor de la jornada de esta octava entrega, que reunió a filósofos, profesores y poetas, "que han aportado una riqueza de propuestas que funcionan, logrando identificar nuevos matices", señaló.

La última jornada estuvo protagonizada por Miguel Casado, quien ofreció una conferencia sobre "Manuscrito de una respiración. Notas para releer 'Casi una leyenda'", con la presentación de Sánchez Santiago. Tras su intervención, una de las voces más jóvenes del congreso, María Do Cebreiro, se encargó de la lectura de poemas, al tiempo que reflexionó sobre "El concepto de vida en Claudio Rodríguez a la luz del último pensamiento filosófico de Alain Badiou", un análisis presentado por Xuxo Sierra Veloso.

La autora gallega compartió con el público no solo sus versos, sino también interesantes reflexiones sobre cómo se enfrenta a su tarea como poeta. "Somos conscientes al leer en voz alta de lo que repetimos cuando escribimos", agradeció ante las interpretaciones sobre su obra, para añadir que "es importante asumir riesgos y, para mí, escribir es asumir esos riesgos".

El colofón de esta edición fue sin duda singular gracias a la "performance" de Tirso Priscilo Vallecillos, inspirada en el poeta zamorano y con el título "Analepsis: nunca mi vida tan viva", con la ayuda de Pablo García Malmierca. Experto en este tipo de espectáculos, sobre todo con carácter didáctico -dada su labor como docente-, este granadino comenzó su intervención recitando "Misterioso este universo, todo caos y orden, que nos han hecho converger en esta sala" para meterse al público en el bolsillo recitando poemas acerca de la existencia, la escritura y, sobre todo, el tiempo y en qué momento se sitúa al autor zamorano. "El tiempo nos mantiene, como a Claudio, aunque ya no esté entre nosotros. La palabra siempre está presente, perdura aunque un poeta se gire hacia la muerte", subrayó durante su intervención, que cerró estas octavas jornadas alrededor del autor de "Don de la ebriedad".