Desde el Seminario Permanente Claudio Rodríguez pensaron tiempo atrás montar una "pequeña exposición paralela" a las VIII jornadas dedicadas al poeta "Tiempo y leyenda", que arrancan hoy en la Biblioteca Pública del Estado con la charla de Josep Maria Esquirol. Lo que comenzó como un proyecto complementario se ha tornado en una interesante y trabajada exposición que exhibe por primera vez textos manuscritos por el propio Claudio Rodríguez, ejemplares de su biblioteca particular o correspondencia del poeta, fruto de la colaboración del Seminario Permanente y la Fundación Jorge Guillén.

"Claudio Rodríguez. De la aurora a la piedra. Casi una leyenda", inaugurada ayer en la Biblioteca Pública en un acto que contó con la presencia de diversas autoridades entre ellas el viceconsejero de Cultura Raúl Fernández Sobrino, aproxima al último poemario del escritor "Casi una leyenda", eje de las jornadas. La muestra profundiza en el dilatado proceso creativo del poemario, gestado a lo largo de 15 años "desde la aurora de los primeros versos anotados en servilletas de algún bar o en un pedazo de papel hasta la piedra de la letra impresa" y en los reconocimientos que recibió en este tiempo, desgranó el comisario Miguel Casaseca Martín.

Fotografías del poeta con amigos o los diplomas de los premios que logró, hasta el momento nunca exhibidos, y un vídeo confeccionado por alumnos de Imagen del IES La Vaguada dan la bienvenida a la exposición donde distintos versos de "El robo", que habla de una leyenda de Zamora y de la propia creación de la poesía, actúan como cicerones.

En el primer ámbito figuran textos que escribió entre 1978 y 1981, correspondencia con amigos, como el hispanista Philip Silver o incluso la primera pieza completa de "Casi una leyenda" que la dedicó a su amigo el artista Antonio Pedrero y que aparece acompañado con un retrato que el pintor le hizo. La escritura del último libro coincide temporalmente con su consagración como poeta y la llegada de los primeros homenajes, como el dispensado en Houston por la Sociedad Americana de Lenguas Modernas. Lo atestiguan los billetes de avión, el cartel de un recital que ofreció junto a libros del escritor Dylan Thomas, pertenecientes a la biblioteca particular del zamorano.

La segunda sección corresponde a mediados de los 80, época en la que Rodríguez hace público que está escribiendo un nuevo poemario y ofrece adelantos en revistas literarias, presentes en la muestra al igual que los telegramas y cartas de felicitación recibidos al lograr el Premio Nacional de Poesía o el Castilla y León de las Letras.

La publicación "Cuadernos de la lechuza" le dedica un número de homenaje, y centra parte del discurso. En ella ve la luz "un poema muy importante en 'Casi una leyenda' que es 'La mañana del búho' aunque Claudio en este momento le da otro título", concreta Miguel Casaseca quien avanza que esta etapa el escritor "cambia versos de un poema a otro e incluso los títulos" como se comprueba en los manuscritos donde aparecen correcciones. Un minucioso proceso que se explica visualmente en varios paneles en una parte de la muestra. Además, junto a los grabados de la revista, originales manuscritos o dos libros de Claudio de zoología, "una de sus pasiones", el público puede descubrir la correspondencia recibida cuando le nombraron miembro de la Real Academia de Lengua. Desde felicitaciones de Rafael Alberti, de Miguel Delibes hasta los telegramas del entonces presidente del Gobierno y del ministro de Cultura Felipe González y Javier Solana, respectivamente.

Una selección de sus versos de amor tiene cabida en la muestra. Entre ellos "El lamento a Mari", editado por el Seminario en todas las lenguas ibéricas. "El poeta descubre el mar de Zarautz y le dedica al País Vasco una serie de poemas como a Mari, una diosa vasca", pormenoriza Casaseca.

"La erosión de la piedra eres tú", junto a fotos con amigos reúne los últimos poemas que escribiera para el libro, unos "versos donde sus pérdidas familiares condiciona que la muerte baile por los poemas". La máquina de escribir que usó Claudio enlaza con el proceso de edición del libro, donde pueden verse el contrato de edición, las propuestas de las editoriales para publicar el poemario, el primer ejemplar firmado por él o las pruebas de portada. "Claudio siempre quiso que fuera la cabeza de piedra de la puerta del Obispo, pero no encajaba en el diseño de la portada", agrega el comisario de la muestra que todos los miércoles a las 19.30 horas realizará un recorrido guiado por el vasto universo creativo de Claudio Rodríguez.