El pintor Enrique Seco San Esteban presenta la nada desdeñable cifra de 105 cuadros, algunos de ellos dípticos y trípticos, en una nueva muestra en la galería de arte Espacio 36-Ángel Almeida.

-Regresa nuevamente a su ciudad, a Zamora.

-Esta ha sido la mejor exposición que he tenido nunca con un mimado montaje por parte de Ángel Almeida. Con una armonía y una estética en este palacio de la pintura como es esta galería.

-En la muestra reúne más de un centenar de creaciones.

-Son 105 cuadros dentro de una temática rural. Yo por oficio pinto todo lo que quiera, pero opto por representar aquello que me hace feliz. Por oficio puedo pintar todo aquello que me proponga, pero como no me dice nada, no lo hago. Pinto solo lo que siento.

-Y siente muy cercano un mundo rural desaparecido.

-Sí, además con tantas cosas que se tienen actualmente los pueblos están despoblados, lo que me duelo mucho. El campo lo hemos dejado completamente de lado. Si yo no hubiera nacido en el medio rural sino en un puerto de mar hubiera pintado el mar que es muy pictórico, como lo hizo en su momento Soroya que no cambió de temática. El campo tiene una extraordinaria plasticidad. Tiene los animales con la magia de su anatomía, los ropajes de las gentes, el movimiento o los colores. El mundo rural hay que valorarlo. Vivimos en un contrasentido muy grande porque hay grandes urbes con millones de personas donde la gente es infeliz con lo sencillo que es ser feliz con pocas cosas.

-En estas creaciones confiere una mayor presencia a la mujer

-La mujer en el campo también tenía mucha presencia. Además, es mucho más pictórica. Tiene más gracia un rabillo del mandil que un pantalón de un hombre, una pañoleta con el pico de atrás tiene más gracia pictóricamente que una sencilla gorra.

-Presenta una elevada presencia del bodegón tanto de manera individual como en dípticos o incluso en trípticos. ¿Por qué tiene esa fijación por esta temática?

-Porque es color y yo voy a él. El color, para mí, es vida y es luz. Yo cuando me pongo a pintar hago mucho tras otro. Muchos son fruto de mi imaginación, de mi memoria, y otros los compongo en mi estudio.

-¿Qué es para usted la pintura?

-Es el todo. Pintar es una manera de estar acompañado todo el día y hablar con el cuadro. Los bodegones los estuve estudiando uno por uno el color y las luces. Tras analizarlos detenidamente creo que no he pintado naturalezas muertas sino vivas.

-Meses atrás expuso por primera vez en la ciudad de Salamanca.

-Ha sido una grata experiencia con mucha asistencia de público y mucho aprecio a mi obra y al mundo rural. Hubo un libro para que el público expresara por escrito lo que quisiera y mucha gente decía que pintaba aquello que vivieron de niños y eso es lo que queda con el paso del tiempo.

-Lo más complicado de dar vida a estos cuadros es....

-Todo es fácil y todo es difícil. Si uno está dotado para pintar es fácil. Lo hace todo el oficio, pero ahora esa práctica está en desuso. Soy consciente de que mi pintura es un testimonio de un mundo desaparecido para las nuevas generaciones.

-Ha llevado a cabo dos muestras en este año, pero ¿qué planes tiene a corto plazo?

-Tengo por delante una nueva exposición en Burgos en el mes de marzo del próximo año en la sala de santa María. Será la primera vez que expondré en Burgos a mis 80 años. Estoy preparando obra para esa cita, pero pintar para mí es una necesidad, como el sacerdote con la oración. Soy consciente de que trabajar tanto no se estila y no es moda.

-¿Qué le queda por pintar?

-Me va a pasar como a Van Gogh que lo pintó todo en vida y por eso se tuvo que suicidar. En mi caso creo que me queda mucho por pintar y pintar, pues nunca se llega a un techo.

-En el año 2010 le concedieron el premio de las Artes de Castilla y León, con la perspectiva de los años ¿qué ha supuesto para usted este reconocimiento?

-Ha sido un galardón importante de un organismo público lo que a la persona no la cambia. Yo estoy orgullo de mi tierra. Estuve en París en los años 60 y pude quedarme porque entonces era el ombligo del arte y lo dejé por regresar a Zamora. Quise vivir en Zamora y pintar a la gente del campo porque es mi gente y aquello a lo que siento cercano.