Este domingo se volvieron a producir desprendimientos en una parte de la muralla de la capital, a la altura del número 9 de la calle Ronda de Feria en una parte del muro que delimita la cuesta de San Esteban en el acceso al barrio de La Lana. Agentes de la Policía Local se vieron obligados a acordonar la zona para evitar posibles daños personales a los viandantes. Con motivo de este desprendimiento, este lunes la Policía Municipal ha procedido al corte de la ronda de San Torcuato y la ronda de la Feria, en el tramo comprendido entre la confluencia con la avenida de la plaza de Toros y la glorieta de la puerta de la Feria.

"Debido al riesgo que supone el estado del muro y a causa de la lluvia, se ha considerado procedente cerrar este tramo como medida de seguridad permitiéndose únicamente el acceso de residentes a los garajes y de usuarios de los negocios de la zona", informa el Ayuntamiento en un comunicado.

Este tramo de lienzo no se encuentra, sin embargo, y a pesar de los desprendimientos, entre los que el Ministerio de Cultura se ha comprometido a rehabilitar. Con un importe de un millón de euros, el Estado ha asegurado que rehabilitará tan solo los lienzos recién despejados en la avenida de la Feria cuyos edificios anexos han sido derribados tan solo hace unos meses.

Así, hasta nueva orden, "los vehículos que circulen en sentido hacia la Puerta de la Feria podrán desviarse por la bajada de Florián Docampo hacia la calle Villalpando, mientras que desde la puerta de la Feria solo se podrá acceder a los dos garajes existentes en ronda de la Feria", explican.

Por otra parte, uno de los edificios del barrio de Pinilla, concretamente el que se encuentra situado en la calle San Gregorio, presenta un estado considerable de ruina. Por el momento, la fachada se encuentra acotada desde el pasado mes de octubre ya que parte del tejado del edificio también se vino abajo ayer, lo que ocasionó que numerosos cascotes cayesen a la vía pública. Unos restos, que, por otra parte, continúan en la calle sin ser retirados.

Una situación de abandono y peligro que ha puesto en alerta a los vecinos del barrio, que temen que el edificio, debido al estado de abandono en el que se encuentra, provoque que se produzcan más desprendimientos, con el consiguiente peligro para los viandantes.