Ha vuelto a suceder. Los vándalos han vuelto a atacar el patrimonio artístico de la ciudad. Una situación que no es nueva, pero que en los últimos tiempos se ha multiplicado en los muros de algunos de los monumentos más representativos de Zamora.

Esta vez ha sido la iglesia de San Esteban la afectada. Un templo que ha visto cómo sus muros centenarios se llenaban de grafitis y firmas. Una situación que lejos de frenarse, se incrementa semana a semana con la aparición de nuevas pintadas. La situación llega a tal extremo, que hace tan solo unos días, además, los vecinos de la zona alertaban de un pequeño incendio junto a la puerta de madera de la iglesia provocado por la quema de papeles.

Pero este no es el único monumento que ha visto sufrido ataques en las últimas semanas. También la emblemática Farola de Coomonte de la plaza de La Marina apareció hace unos días con diferentes firmas en la zona de la base, poco tiempo después de haber recuperado su color original.

Las pintadas y grafitis sobre el patrimonio artístico de la ciudad, también en las paredes de muchos edificios, incluso catalogados, se ha convertido en unos de los principales problemas estéticos que sufre Zamora. Una situación que desde el Ayuntamiento han intentado frenar con la puesta en marcha de un programa que busca adecentar la ciudad con murales firmados por algunos de los artistas más reconocidos. Una propuesta que parece no ser suficiente para frenar su proliferación indiscriminada.