La tecnología está cambiándolo todo. También al sector energético, desde la generación de electricidad, hasta su transporte, su distribución y su consumo. Los cambios vienen impulsados por varias tendencias, como son la digitalización del sector eléctrico, tanto de la red como del consumidor, la energía distribuida, la electrificación de la economía y la progresiva penetración de fuentes de energía renovables y el vehículo eléctrico.

Otra de las transformaciones está asociada a la conectividad del cliente y a la posibilidad creciente de responder a un nuevo modelo de relación en el que el consumidor demanda productos y servicios más personalizados y una gestión más activa de cómo y cuándo consumir electricidad.

Ciudades sostenibles son aquellas que avanzan en la integración del verde urbano, reducen sus emisiones de CO2, impulsan las energías renovables, implementan la movilidad sostenible y apuestan por la economía circular. Ciudadanos responsables son aquellos que deciden con tan solo un click consumir de forma eficiente y respetuosa con el entorno. Los días no son iguales y el consumo de electricidad tampoco tiene que serlo. Tenemos acceso a toda la información sobre nuestros hábitos de consumo, pero esta solo tiene valor si se gestiona y aprovecha.

Decidir cuándo pagar menos ya es posible

El despliegue en España de la red de distribución eléctrica inteligente permite ya a los consumidores conocer en tiempo real, entre otros datos, sus curvas de consumo, así como la demanda de potencia máxima o la forma en la que se distribuye el consumo de energía eléctrica, lo que permite hacer un uso más eficiente de la electricidad, decidiendo el tipo de tarifa que se adapta mejor a su perfil y modo de vida.

En el mercado, además, existen comercializadoras que han adecuado sus propuestas a la forma de consumir de cada cliente. Es el caso de Iberdrola, que dispone de contratos a medida, denominados "Planes a tu medida", adaptados a consumos de día o de noche, entre semana, en fin de semana, o, incluso, eligiendo las ocho horas de mayor consumo del día. Con este tipo de contratos -elegidos ya por millones de clientes en España- se pueden obtener ahorros medios anuales superiores al 10% y fomentan la eficiencia energética, dotando al consumidor de mayor capacidad de decisión sobre el uso que hace de su energía.

Pero con la tecnología se puede ir más allá. Iberdrola lanzó en 2018 un nuevo producto, denominado "Energy Wallet", que ofrece la posibilidad de comprar paquetes de energía verde que cubran los periodos estimados de tiempo de seis meses, un año o dos años. De esta forma, se conoce el precio total de la energía de antemano en el periodo escogido y se puede elegir entre pagarlo a través de una cuota fija mensual, según el consumo real o por adelantado, con descuentos. La electricidad que se comercializa cuenta además con el certificado de garantía de origen cien por ciento renovable, que asegura que esta energía proviene de fuentes de generación limpias.

Un paso más en el uso eficiente de la energía a través de la tecnología es la serie de productos "Smart Home" que permiten controlar el termostato, la calefacción, la climatización y el riego del domicilio a distancia. A través de una app se puede monitorizar el consumo de los aparatos conectados en casa, programarlos y modificar su funcionamiento en tiempo real.

Tu propia electricidad

Las soluciones smart, sustentadas en el desarrollo de las nuevas tecnologías, están llegando a todos los ámbitos: a la movilidad sostenible y al control del hogar, pero también a las soluciones solares, que ofrecen la posibilidad de generar y consumir su propia electricidad mediante la instalación de tecnología solar fotovoltaica.

Este tipo de soluciones son óptimas para el entorno agrario, ya que la mayor generación de energía solar tiene lugar en los meses de mayor necesidad de riego, pero también para viviendas unifamiliares, pymes o grandes empresas, que pueden generar y consumir su propia energía eléctrica fotovoltaica, optimizando el consumo y mejorando la eficiencia energética de sus instalaciones.

Las ventajas de la solución "Smart Solar" son varias. Entre ellas destaca que se reduce la huella de dióxido de carbono y la energía demandada de la red, se elimina la incertidumbre del precio del gasóleo y la gestión logística del suministro en el caso de instalación de grupos electrógenos y, además, se mejora la calificación energética de la explotación. El potencial de ahorro energético de "Smart Solar" depende en gran medida de los hábitos de consumo de cada cliente y cada instalación. Hay casos en los que se puede desconectar completamente de la red, cubriendo todas sus necesidades eléctricas con energía fotovoltaica y ahorrándose, de esta forma, el 100% de la factura eléctrica y el 100% de su consumo de gasoil. En otros casos, es posible que sea necesario mantener el soporte de la red o un grupo diésel de emergencia o respaldo para atender la demanda en horas no solares, en días en los que la climatología no acompañe. En estos últimos casos podríamos estar hablando de ahorros de entre el 30% y el 80% de la factura eléctrica.

"Smart Mobility"

Comprar e instalar un punto de recarga es más sencillo de lo que parece. Lo primero que hay que tener en cuenta es que no es necesario pedir permiso a la comunidad de propietarios del edificio. Otro aspecto interesante es que la instalación parte, por regla general, del contador individual, por lo que la electricidad necesaria para la recarga del vehículo se repercute a través del mismo contrato de suministro eléctrico de la vivienda, como ocurre con cualquier electrodoméstico. El precio final del punto de recarga oscila en función de las características del equipo de recarga o "wallbox" y de la situación del garaje.

La factura de la luz es otro de los puntos que más suelen preocupar a la hora de cargar un vehículo eléctrico en casa, una cuestión a la que el sector eléctrico también ha querido dar respuesta con tarifas adaptadas al consumo de los coches. En Iberdrola cuentan con el "Plan Vehículo Eléctrico", que permite recargar el equivalente al consumo de 100 km por 50 céntimos (de 1 de la madrugada a 7 de la mañana), lo que es diez veces más barato que la gasolina.