Si a estas alturas y con el frío ya encima la calefacción de nuestros hogares no funciona bien, puede ser necesario purgar los radiadores de la instalación.

Durante el tiempo que el sistema de calefacción ha estado parado por los meses de calor puede que se hayan formado bolsas de aire en el interior, lo que disminuye su rendimiento.

Según la información publicada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en el mes de septiembre, existen dos tipos de purgadores, los automáticos y los manuales. En el caso de los automáticos, no debe hacerse nada porque el aire se expulsa por sí mismo.

Sí debe hacerse cuando se tienen purgadores manuales y la OCU facilita una serie de pasos para ayudarnos en este proceso.

Como consejo general, explica que los radiadores deben purgarse siempre antes del inicio de la época de calefacción, es decir al inicio del otoño. Pero aún estás a tiempo si todavía no lo has hecho en casa.

Una de las claves, según la OCU, es que el purgado debe hacerse siempre con la calefacción apagada. Y es que el radiador tiene que estar frío y el circuito parado.

El siguiente paso es cerrar la llave de paso de agua del radiador que se va a purgar. Los expertos aconsejan empezar siempre por el radiador que está más cercano a la caldera y seguir en el sentido del flujo del agua dentro del sistema de calefacción.

Después, con una llave inglesa o un destornillador, hay que girar la válvula de purgado que está en la parte superior del radiador y mantenerla abierta hasta que comience a salir agua de forma constante y sin gorgoteos.

Es recomendable colocar un recipiente de pequeño tamaño debajo de la válvula para recoger el agua que saldrá durante el proceso, que habrá que realizarlo en cada uno de los radiadores de nuestra vivienda.

Una vez terminado el purgado de todos los elementos, la Organización de Consumidores y Usuarios recuerda que hay que revisar la presión del agua de la caldera. Generalmente este valor debe estar entre 1 y 1,5 bares y puede verse en el manómetro, que suele encontrarse en la parte inferior de la caldera, con una zona verde, donde debe colocarse la aguja.

Si después de este proceso hay radiadores que no calientan o que no lo hacen lo suficiente, la OCU indica que puede deberse a que el sistema no esté equilibrado y será necesario su equilibrado hidráulico, para lo que también explica el procedimiento.

En este caso hay que utilizar el detentor, una llave que está en la parte inferior del radiador. De esta forma, pueden cerrarse un poco los detendores de los radiadores más calientes y desviar el caudal del sistema a los radiadores que necesitamos que tengan más temperatura.