Fue la última promoción del plan de 1950 y ayer regresaron a Zamora para celebrar sus bodas de oro desde que se graduaron como maestros en la Escuela de Magisterio de Zamora en 1969. Más de una treintena de docentes, ya jubilados, llegaron de Madrid y País Vasco -principales destinos elegidos para ejercer la profesión tras finalizar la carrera, que constaba de tres cursos-, pero también desde Cataluña y Andalucía.

Como invitado de excepción estuvo el que fuera su profesor en la carrera, José Ignacio Primo, quien por entonces era un joven docente de lengua y literatura. Fue el director de la escuela, Andrés Mateos, quien llamó a Primo para que se uniera al equipo docente de esta promoción, sumando además el cargo de jefe de estudios.

El día había comenzado con un encuentro en la plaza del Maestro, donde aprovecharon para realizar un acto de homenaje en la fuente que da nombre a la plaza, donde colocaron un ramo de flores en señal de reconocimiento de la labor que todos ellos han ejercido durante varias décadas.

Su siguiente parada fue la actual Escuela de Arte y Superior de Diseño, cuyo edificio albergó durante años la denominada Escuela Normal de Magisterio. Los participantes en este encuentro recorrieron las que una vez fueron sus aulas y en su salón de actos tuvo lugar la conferencia que impartió Primo, llena de recuerdos de esa época, que calificó de "convulsa" por todas las revueltas que hubo en España a mediados de los años 60. "En Zamora tuvo menos repercusión, pero también hubo movimientos, como el de desarrollo comunitario de San José Obrero", puso como ejemplo. Su paso por la escuela fue breve pero intenso, organizando seminarios de flamenco o literatura y abriendo la biblioteca a los alumnos, puesto que, hasta esa fecha, estaba reservada solo al profesorado.

La jornada festiva finalizó con una comida de hermandad, en la que no faltaron las anécdotas de la época de universidad, y que se alargó en una intensa sobremesa.