Los casos de violencia de los hijos hacia los padres han experimentado un ligero incremento en Castilla y León en el último año, según los datos expuestos por la directora general de Familia, Infancia y Atención a la Diversidad de la Junta de Castilla y León, Esperanza Vázquez, poco antes de inaugurar en el Consejo Consultivo la jornada Nuevos Horizontes en Violencia Filioparental, organizada por el Centro Menesiano Zamora Joven en colaboración con la Sociedad para el Estudio de la Violencia Filioparental (Sevifip) y la propia administración autonómica, con asistencia de unos 70 participantes.

Según las sentencias de los juzgados de menores con imposición de medidas en casos de violencia filioparental el porcentaje de incremento es de un 12%, indicó la directora general. Y según los datos de los servicios sociales (los CEAS) en el último año se atendieron 120 casos en la comunidad de violencia filioparental, 13 de ellos en Zamora.

Vázquez apuntó que "disponemos de un plan de prevención de violencia intrafamiliar a cuatro años, hasta 2023 donde están previstas más de un centenar de actuaciones para trabajar en materia de prevención, para fomentar los valores de respeto, igualdad y tolerancia, la formación y la intervención, sobre todo educativa, que se hace en los centros de enseñanza. Tenemos un programa específico de atención a las conductas violentas donde el año pasado se atendió a 84 menores y 118 padres".

Justino Santiago director de los Menesianos, un centro que acoge, entre otros casos, a menores infractores y Roberto Pereira, presidente de Sevifip intervinieron también en las jornadas. Pereira explicó que "los datos que se conocen son sesgados, porque hacen referencia solo a denuncias judiciales, mientras que los casos reales son muchos más".

Según sus datos aproximadamente hay un 12% de menores entre 13 y 18 años que ejercen violencia psicológica hacia los padres, verbal, amenazas o chantajes, por ejemplo. Y aproximadamente un 3,2% ejerce violencia física. Trasladados a Castilla y León estos datos equivaldrían aproximadamente a 12.500 adolescentes.

La violencia filioparental siempre ha existido pero es sobre todo "un fenómeno del siglo XXI, que se ha puesto claramente en evidencia a partir del año 2003 y sigue incrementándose". En España se han arbitrado recursos para abordar el problema, pero "son insuficientes, porque se basan en la violencia intrafamiliar en general".

Convencido de que el problema "tiene solución", Roberto Pereira cree imprescindible que "esto se conozca, porque no es algo que afecte aisladamente a algunas familias. A veces los padres se creen que es algo que les pasa solo a ellos, se avergüenzan de consultar, porque se sienten culpables, que no han sido buenos padres, y es importante que sepan que es algo que está muy generalizado, hay muchas familias que lo padecen, y cuanto antes se consulte antes se va a solucionar".

La intervención es tanto educativa como psicoterapeútica: "Hay que modificar el funcionamiento de la familia porque si solo se interviene con el agresor y vuelve después al seno familiar se van a volver a reproducir las conductas disruptivas".

Violencia de género

La violencia de género puede influir en la reproducción de conductas violentas. "Si los hijos proceden de una familia donde esto es común que haya todo tipo de violencia, incluida la de género que es la más frecuente, aprenden a utilizar esos mecanismos en los problemas que tengan en el futuro. Pero no es una cuestión generalizada, son algunos de ellos, otros no".

Según indicó Roberto Pereira hecho de que la violencia filioparental haya aflorado en el siglo XXI responde a que "básicamente lo que ha cambiado es nuestra sociedad, la forma de educar a nuestros hijos, que ahora se encuentran con unos padres que están confusos acerca de cuál es la manera correcta de educar, a los que la sociedad vigila más estrechamente que antes, por tanto esa inseguridad les hace ser sobreprotectores y esa sobreprotección genera esa misma inseguridad en los hijos que acaba volviéndose contra los padres. Básicamente pensamos que son cambios educativos lo que lleva a que la sociedad sea más permisiva con la violencia de los jóvenes y adolescentes y al mismo tiempo lo sea menos con la utilización correctiva de la violencia por parte de los padres".